Per Iván F. Mula / @ivanfmula
Después de programar Bizet, Wagner o Rossini, entre otros, el Gran Teatre del Liceu cierra este año la temporada con Luisa Miller, de Giuseppe Verdi. Inmediatamente anterior a su trilogía popular (Rigoletto, Il trovatore y La traviata), esta ópera de amor, engaño y traición del compositor italiano, intensa pero serena, se basa en el drama burgués de Friederich Schiller Intriga y amor. Curiosamente, Schiller es uno de los autores más adaptados por Verdi. Además de Luisa Miller, compuso tres óperas más inspiradas en textos del escritor alemán: Giovanna d’Arco, I masnadieri y Don Carlo.
Concretamente, Luisa Miller es una ópera en tres actos en la que Verdi experimentó, al final de su primer periodo compositivo, algunas de las técnicas dramáticas que después darían unos espectaculares resultados en sus obras más conocidas. La historia se centra en Luisa, un personaje muy sugerente desde el punto de vista psicológico, que tiene algunos paralelismos con la sacrificada Violeta de La traviata, por ejemplo, en el hecho de ser una chica sencilla de origen popular, en vez de una dama de la burguesía o la realeza. La dirección escénica de Damiano Michieletto concentra aquí la acción en el drama de los dos protagonistas, Rodolfo y Luisa, la inocencia de los cuales se ve marcada por la autoridad paterna, vistos de manera similar como los dos niños que nunca han dejado de ser.
En este caso, para interpretar estos roles la ópera cuenta con la soprano Sondra Radvanovsky y el tenor Piotr Beczala, dos figuras que son, por ellas mismas, todo un acontecimiento. Ambos artistas vuelven al escenario del Liceu, junto a Eleonora Buratto, Luca Salsi, Juan Jesús Rodríguez y Arturo Chacón-Cruz en los dos repartos programados.
Acabadas las representaciones de Luisa Miller, el Liceu concluirá el mes con el Ballet Nacional de España, que vuelve después del éxito de Sorolla en 2015. Del 31 de julio al 3 de agosto se podrá ver Zaguan & Alento, uno de sus espectáculos de más éxito. Dirigido por Antonio Najarro, se trata de un montaje de danza y ritmo donde se mezclan tradición y futuro, flamenco y contemporáneo. Bastado en el flamenco tradicional pero con una mirada puesta en la revisión del género, modernidad y duende se dan la mano en una velada excepcional. Varios teatros españoles, así como coliseos de Francia y Japón, han recibido con un éxito clamoroso la propuesta.