Ahora mismo hay dos compañías catalanas que triunfan más afuera que aquí. Una es La Veronal, que este Grec recupera Opening night, y la otra es El Conde de Torrefiel. Al igual que La Calórica o La Ruta 40, la compañía de título nobiliario es una más de las que nacieron a raíz de la crisis económica del 2008. Creada en el 2010 por Tanya Beyeler y Pablo Gisbert, que curiosamente se conocieron trabajando para La Veronal , El Conde de Torrefiel es, seguramente, una de las compañías independientes con mayor proyección internacional de su generación.
Sus obras se caracterizan por la experimentación con el texto, un humor corrosivo, una gran plasticidad escénica y el uso habitual de recursos coreográficos para construir discursos reflexivos más cercanos al género ensayístico o las artes plásticas que a las puestas en escena más clásicas . Vanguardistas, experimentales o posdramáticos son adjetivos que les corresponden. Actualmente, son una de las compañías recurrentes en los festivales de toda Europa y Latinoamérica.
Un ejemplo es suficiente: este año participaron por quinta vez en el Sâlmon, el festival de artes vivas de Barcelona, donde presentaron la última parte de la tetralogía Ultraficción, el ciclo de obras que les han ayudado a desarrollar Una imagen interior, el montaje que ofrecerán este verano en el Teatre Lliure de Montjuïc en el marco del Festival Grec.
El espectáculo reflexiona sobre los conceptos de realidad y ficción y se ha creado a partir de las cuatro propuestas del ciclo iniciado en julio de 2021 en el Festival de Santarcangelo (Emilia-Romaña) con Ultraficción nr. 1 / Fracciones de tiempo. En el Grec del año pasado, en el Macba, pudimos ver Ultraficción nr. 2 / Los buenos modales, y en octubre se presentó en Valencia Ultraficción nr. 3 / Complicidad de materiales anónimos, dentro del Festival de Otoño Ruzafa Escénica. Este febrero, Santa Mónica acogió Ultraficción nr. 4 / Working class, la última creación del ciclo, en el marco del Festivla Sâlmon.
En la primera propuesta experimentaron con el texto, en la segunda profundizaron en la partitura de movimientos y en la interacción con diferentes dispositivos sonoros y digitales, en Valencia realizaron un taller de investigación con alumnos de diversos centros de enseñanza de artes escénicas y en Santa Mònica reflexionaron sobre el trabajo con estudiantes de arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPC.
Un amplio proceso de creación que concluye con Una imagen interior, espectáculo que se verá en Barcelona después de su estreno en Viena y de su paso por el Festival de Aviñón y el Kunstenfestivaldesarts de Bruselas, coproductores de la propuesta junto con el Grec , el Festival de Automno de París y una corrua de centros y festivales europeos donde también encontramos el Centro Cultural Condeduque de Madrid. Y es que desde 2016, El Conde de Torrefiel estrena antes fuera de España que aquí: Viena, Bruselas, Zúrich, Ginebra, Lisboa, Frankfurt o Atenas disfrutan antes de sus obras que Barcelona o Madrid.
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