La Sala Muntaner acoge a partir del miércoles 12 de marzo «El chico de la última fila » de Juan Mayorga, el –probablemente– autor más importante en lengua española de la actualidad .
El texto se popularizó gracias a la adaptación cinematográfica de François Ozon («En la casa», ganadora de una Concha de Oro en el Festival de San Sebastián 2012).
UNA RELACIÓN EXTRA – ESCOLAR
La historia muestra la relación entre Germán, un profesor desencantado con el sistema educativo, y Claudio, un alumno que pasa desapercibido y siempre se sienta en la última fila de la clase de una escuela pública de clase media donde conviven chicos de familias desestructuradas con otros con más recursos .
La obra «hipercinematogràfica«, como la describen los actores, aborda literatura, relaciones humanas, marginación y voyeurismo, poniendo énfasis en la observación sobre los que nos rodean , y cómo los diferentes puntos de vista condicionan esta observación. «Desde la última fila nadie te viene, pero tú los ves a todos.» , Dice el personaje del Claudio en un momento del espectáculo. El actor Miguel Lago explicaba la naturaleza del protagonista: » Es aquella clase de personas infelices que se fija más en la vida de los demás que en la suya, y ve en el profesor alguien en quien apoyarse y cubrir sus carencias afectivas. Pero una persona desestructurada acaba provocando más desestructuración, y cuando el profesor le extiende la mano para ayudarle, él acaba por cogerle el brazo».
La crítica social también tiene cabida en el texto de Juan Mayorga , que cuestiona el sistema educativo actual. » Claudio es un estudiante brillante pero revolucionario, y para estar Dentro de la norma y destacó en la Escuela Hay que cumplir un perfil borrego. Un buen maestro es el que estimula al alumno, sabe sacar partido a su genialidad, y a veces hay que salir del contexto del colegio para conseguirlo , como las pasa a los dos personajes «, razonaba Miguel Lago en la presentación del espectáculo .
El autor también dispara contra el arte contemporáneo, invitando al espectador a hacerse la reflexión sobre qué es arte y qué no: «Antes una obra de arte la veía y la entendias , y ahora muchas veces necesitas un texto literario que tiene la justifique para poder entenderla . » , comentaba la actriz Natalia Braceli.
DE LAVAPIÉS AL MAR CARIBE
Estrenada en julio del 2011, «El Chico de la Última fila » se ha representado tres temporadas seguidas en la Sala Galileo de Madrid. El proyecto nació en el Centro Social Autogestionado La Tabacalera de Lavapiés, un edificio de titularidad municipal gestionado por vecinos que promueve el arte y el asociacionismo –un proyecto similar al Can Batlló barcelonés–. Los ensayos se realizaron en condiciones precarias y el estreno la hicieron con prácticamente nada . Desde entonces el montaje ha madurado ganándose el favor de crítica y público, tres premios (entre ellos un MAX), y viajando desde Huesca hasta París o el Festival Internacional de Teatro del Caribe.
La compañía (La fila de al lado) ha comprobado que el texto gusta a todos los públicos, especialmente a los jóvenes, ya que se ven muy reflejados . Ahora vienen convencidos de seducir al público catalán que , según afirman , «no se deja guiar por modas» y sabrá valorar este texto de Juan Mayorga frente a otros que han visitado la ciudad en los últimos meses , como Himmelweg o El crítico .
