Una edición más, y ya van veintiocho, el Ateneu Popular de 9Barris se presenta con ganas de entretener, emocionar y reflexionar. Este año, el tándem formado por Magda Puig y Oriol Escursell dirige uno de los espectáculos de circo más esperados de la cartelera barcelonesa en Navidad: El Circ d’Hivern. Glatir, el nombre elegido este año, aborda la tradición y todo lo que nos iría bien conservar en un mundo, el actual, cada vez más desconcertante. Magda Puig lo resume así: “Nos preguntamos sobre el legado que nos llega y cómo el pasado puede ayudarnos en un mundo cada día más complicado; cómo la tradición puede actuar como antídoto e incluso ser revolucionaria”.
Todo el equipo empezó la creación con tres visitas para empaparse de la tradición. En una de ellas conocieron al creador Magí Serra, quien les enseñó la jota que, finalmente, formará parte del espectáculo. Una segunda visita fue en una sesión de cantos en una iglesia, y para terminar el periplo la troupe visitó a los costureros de las redes del puerto.
En el espectáculo convergen el teatro de Magda Puig y el circo de Oriol Escursell, que ya habían trabajado juntos en el Combinado 57 del Ateneo, el año 2021. Para vestirlo todo, en el escenario habrá cinco artistas, muchos de ellos formados en escuelas profesionales. Veremos diferentes técnicas de circo, muchas de ellas aéreas: Amaya Goñi (trapecio fijo), Silvia Capell (percha china), Juan Carlos Panduro (verticales y equilibrios), Alicia Saez (acrodanza) y Mateo Castelblanco (trapecio Washington).
La Central del Circo, El Graner y el propio Ateneu han sido los tres espacios elegidos para realizar las residencias antes del estreno de un espectáculo que presentará veintinueve funciones entre los días 11 de diciembre y 21 de enero. El espectáculo se hace muchas preguntas. ¿Qué podemos quedarnos de las fallas? ¿Y qué debería preservarse de las danzas del Ebro? También introduce tradiciones como el aurresku, del País Vasco; los renacuajos, el Pal de Maig o las Procesiones. No habrá respuestas, pero pondrá en valor todas aquellas tradiciones que suponen un punto de encuentro, crean una comunidad y hacen vibrar, como por ejemplo las danzas o, por qué no, el propio Circo de Invierno, alrededor del cual se reúnen cada año unas 7.000 personas para entusiasmarnos con el circo.
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