Emma Vilarasau encarna un personaje vital y tenaz, protagonista absoluto de la obra » bisagra» del dramaturgo irlandés Samuel Beckett.
Los días felices es una tragicomedia sobre la lucha y la supervivencia en tiempos de crisis , soledad y desesperación .
Si estuvieseis atrapados y enterrados de cintura para abajo en medio de la nada, os seguiríais lavando los dientes? La protagonista de Los días felices, Winnie, sí. De hecho, son estas pequeñas cosas, lavarse, pintarse los labios, ponerse su sombrero o leer, las que sostienen su lucha encarnizada por sobrevivir a pesar de estar hundida en un paisaje desolador con la única compañía de un marido, Willie , que ha perdido prácticamente la capacidad de habla y razón .
Teatro del absurdo, han dicho , pero el director de la obra, Sergi Belbel prefiere darle otra etiqueta : existencialista . » Beckett hace una reflexión de la existencia sin piedad y que, de tan drástica, es cómica» , dice Vilarasau , que considera que el dramaturgo crea unos personajes tan alejados de nuestra realidad que hace más fácil identificar a ella. «Sin querer aleccionar , nos hace de espejo y nos enfrenta en esa nada en que vivimos». El absurdo es el envoltorio, no el fondo.
Los días felices es todo un reto interpretativo. La protagonista pasa todo el primer acto enterrada de cintura para abajo y, el segundo, hasta el cuello. De hecho, es por eso que Belbel la considera una obra «bisagra», porque a partir de este segundo acto y todas sus obras posteriores Beckett abandona el movimiento del cuerpo humano y se centra en pequeñas partes del cuerpo . » En la trayectoria de una actriz hay papeles necesarios. Winnie es sin duda uno de ellos, y es lo que le tocaba interpretar a Emma «, asegura el director. De hecho , fue la actriz quien le propuso dirigirla y llevarla al Libre . «Después de representar Agosto y Barcelona en la Sala Gran del TNC tenía ganas de hacer algo más pequeña , volver a los matices y la proximidad del público «, explica Vilarasau .
Y de matices no le faltan , al texto . Hay más indicaciones que frases y hasta 140 silencios . Beckett es extremadamente detallista , acota incluso los segundos debe durar un sonido o los centímetros que debe moverse la actriz. «Es un constrenyement excesivo», pregunta Belbel. «Hoy en día los directores se quieren significar , mostrar su mundo propio , pero con Beckett no se puede. Si arrancas su mundo, lo que haces es pervertirlo. Nosotros hemos seguido su partitura punto por punto».
Una Winnie y un Willie diferentes
A pesar de todo , Belbel explica que encontraremos una Winnie y un Willie distintos de los que hemos visto hasta ahora porque » una vez superas todas las trabas que te pone Beckett en el texto y entras en su mundo, encuentras libertad , sobre todo en los sentimientos» . Además , «llevamos 6 u 8 años de crisis y es imposible hacer esta obra sin tenerlo en cuenta. Cada día hay más Winnies y más Willies , personajes desposeídos, desarraigados , desahuciados , pero bien visibles » . Es por eso que no han hecho una Winnie inocente , sino con carácter . A pesar de su candidez y coquetería sabe perfectamente qué es lo que la rodea .
Otro de los cambios será en la escenografía , personaje esencial de la obra . La famosa colina donde está hundida Winnie tomará vida gracias a la esceanògraf Max Glaenzel , que ha conseguido convertirla en un paisaje desolador inspirado en el planeta Marte . Y es que , según Belbel , es cómo será la Tierra una vez los humanos la destruimos ( y no queda mucho ) . Además , sobre el escenario habrá unos espejos que permitirán a algunos espectadores ver qué hace Willie , interpretado por Oscar Molina , un personaje que en todos los montajes anteriores sólo aparecía al final
Más de mil entradas vendidas
» Sin hacer ningún tipo de propaganda , ya hay más de mil entradas vendidas » , explica el actor Òscar Molina , que asegura que en un momento como este en el que » sólo preocupa el rendimiento económico y no el contenido del teatro» , es una satisfacción . De hecho , para el mes de mayo sólo quedan las entradas de las últimas filas , pero no se preocupe , Belbel asegura que lo ha visto desde todos los asientos y los mejores , son alto.
(Texto: Mercè Rubià)