El autor y director británico Declan Donnellan presenta La vida es sueño, una adaptación de la obra maestra de Pedro Calderón de la Barca que podrá verse los días 9 y 10 de julio en el anfiteatro del Teatre Grec.
Con Nick Ormerod, que firma la adaptación y diseño del espacio escénico, Donnellan ha creado una versión de la obra que respeta el texto clásico pero con elementos contemporáneos. La propuesta escénica se centra en transmitir un mensaje puro, manteniendo la esencia original con personajes humanos que cuentan una historia sin artificios en el espacio y en los versos.
‘La vida se sueño’, la obra capital y más representada de la literatura española
La vida es sueño es una obra teatral escrita en 1635 que explora temas como la libertad, el libre albedrío, la predestinación y la dualidad entre la realidad y los sueños. La trama se centra en Segismundo, príncipe heredero de Polonia, que de pequeño es encarcelado por su padre a causa de un vaticinio que auguraba su destino como un rey colérico y cruel. También se cuenta la historia de Rosaura, un personaje disfrazado de hombre que llegará para descubrir su origen. En cautiverio, Segismundo cuestiona el sentido de la vida.
La obra fue concebida durante el período barroco y refleja ideas filosóficas sobre la vida y la importancia de la civilización frente a la barbarie, como consecuencia del descubrimiento de América y la colonización. En esa época se experimentó un cambio en la concepción del universo, pasando del geocentrismo al heliocentrismo, que generó una conmoción espiritual. Además, también hubo una lucha religiosa entre la reforma luterana y la contrarreforma católica, con los luteranos defendiendo la predestinación y los católicos defendiendo el libre albedrío.
Una pieza primordial sobre la realidad
Declan Donnellan considera que el verdadero valor de las obras barrocas radica en la belleza de mostrar la realidad tal y como es, porque ponen a personas reales en el centro de la acción, hablan de nosotros directamente: “Si miramos alrededor, nos daremos cuenta de que, en conjunto, los humanos estamos obsesionados con nosotros mismos”. Y explica: “Rezamos en la gracia para poder trascender, pero cuando vamos a escena lo que queremos es vernos reflejados”. “El título de la obra es interesante porque la vida no es un sueño. Calderón, como Shakespeare y todos los grandes autores, nada tiene que enseñarnos, y por eso todos son geniales”, declara Donnellan.
Declan Donnellan: «A Calderón y Shakespeare nadie les dijo que su trabajo era hacer del mundo un sitio mejor»
En la sociedad actual, educada a través de las pantallas, nos hemos acostumbrado a una concepción específica de la felicidad y diversas visiones de lo que podría ser la felicidad para nosotros. Esto nos lleva a vivir añorando una felicidad que no poseemos. Según Donnellan, esta obsesión se debe a la presión social de mejorar el mundo ya la necesidad de presentarlo como debería ser, en lugar de aceptarlo tal y como es en realidad. “Los autores que escriben obras sobre cómo es el mundo en realidad son muy valientes. Por eso Calderón es maravilloso y es lo que tiene en común con Shakespeare. A ninguno de los dos les dijo nadie que su trabajo era hacer del mundo un sitio mejor”, afirma el director.
Cheek by Jowl, una compañía con una forma única de crear
La compañía teatral Cheek by Jowl regresa al repertorio del Siglo de Oro con su primera producción en castellano tras la exitosa presentación de Fuenteovejuna en el National Theatre de Londres en 1989. El elenco está compuesto íntegramente por actores españoles, como Ernesto Arias , Prince Ezeanyim, Rebeca Matellán, Goizalde Núñez e Irene Serrano, entre otros.
Fundada en 1981, esta compañía se caracteriza por su único enfoque creativo. El proceso creativo comienza en la naturaleza, sin prisas, ya través de las ideas aportadas de forma orgánica por todo el equipo. Una de sus particularidades es la ausencia del “cómo”, siempre partiendo desde la libertad, según afirma Donnellan: “En el teatro, al igual que en la vida, el momento adecuado es aquél en el que no tienes elección. Dar opciones es destruir la libertad. En el escenario, si tienes elección, te has equivocado”. Uno de sus principios es brindar una experiencia al público: “El texto está subordinado y los actores somos canales para que el público tenga esa experiencia —afirma la actriz Irene Serrano—: Enfrentarse a una obra como ésta implica un desafío, pero al final se trata de temas humanos como la familia, la pérdida, la necesidad de pertenencia, el poder, la corrupción… esto es lo que nos interpela hoy en día y es de lo que hablamos”.
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