Concha Velasco vuelve a Barcelona con Olivia y Eugenio, una obra dirigida por José Carlos Plaza y escrita por Herbert Morote en la que interpreta a una galerista multimillonaria que, tras dedicar toda su vida a su hijo Eugenio, con síndrome de Down, se plantea un suicidio. El montaje se podrá ver hasta el 15 de noviembre en el Teatro Goya.
Aunque han participado en varias películas actores con síndrome de Down, probablemente se trata de la primera vez en la que un actor con esta condición está en escena durante todo el montaje. En el papel de Eugenio, se alternan los intérpretes Rodrigo Raimondi y Hugo Aritzmendi, dos jóvenes que han establecido fuertes vínculos afectivos con Velasco. La actriz explica que la confianza afectiva facilita el trabajo en el escenario, y añade que se trata del trabajo «más difícil» de su carrera, debido a la madurez y «verdad» que requiere. Un reto que Raimondi ha avalado al afirmar que, para él, la Concha es como una «gran madre».
En Olivia y Eugenio, madre e hijo se enfrentan a una situación extrema donde se cuestionan los valores que surgen en tiempos de crisis, describe el autor. La tragedia hace que Olivia rememore su vida, pasando vez de una manera sincera con su marido, la madre, las amistades, los médicos y con todos aquellos que presumen de ser normales, tales como políticos, profesionales y deportistas de éxito, además de hacer referencias al actual marco de la corrupción política, el alcoholismo juvenil y la inseguridad ciudadana. En esta reflexión, Olivia se plantea si las personas de su entorno son más normales que su hijo Eugenio, un joven con síndrome de Down. ¿Quién es realmente feliz, una persona que parece tener éxito o un joven como el Eugenio? Y, finalmente, ¿quién es normal en esta vida?
Aunque contener la sombra latente del suicidio, el texto está «desdramatizado», lejos de sentimentalismos que se podrían deducir, sobre todo por el papel que juega la ingenuidad de Eugenio que, sin quererlo, abre una alternativa y obliga a Olivia a repensar. El director artístico del teatro, José María Pou, destaca que la obra tiene un papel de «sensibilización» de cara al público.
Concha Velasco, actriz muy respetada por el público desde sus inicios, asegura sentirse como en casa en Barcelona, donde recientemente ha interpretado en el escenario del Teatro Goya éxitos como La vida por delante, de Roiman Gary en 2008 o Concha. Yo lo que quiero es bailar, en 2009, bajo la dirección de Josep Maria Pou. Y lo hace con Olivia y Eugenio, una obra que, desde su estreno en el Teatro Principal de Zaragoza el año pasado, ha sido vista por más de 60.000 espectadores en una gira por 37 poblaciones españolas.
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Fotografías: Javier Naval (Focus)
Texto: Neus Riba