La Cia de la Rosa lleva su humor alocado en La Seca–Espai Brossa con La mascarada fantàstica, una obra con máscaras, canciones, improvisación y una interpretación muy física.
Estamos en Venecia, hacia el siglo XVI. Un rico mercader ha concertado el matrimonio entre su hijo, Giorgio, y la hermosa princesa Doralice. Pero los jóvenes no están de acuerdo con esta boda de conveniencia y su rebelión contra el sistema establecido dará el pistoletazo de salida a una trama donde nada es lo que parece. Todo ello, con sólo una cortina de fondo y cuatro actores que se multiplican en sus personajes para llorar, reír, cantar, perseguirse y viajar de Venecia en Cataluña para, incluso, hacer cagar el tió a media función. Tampoco huyen del personaje que nadie querría encontrarse: la Muerte, «que nos demostrará que la vida es aquello que pasa mientras tú haces otros planes».
Los intérpretes son Rubén Carrasco, Aïda Puig y Andreu Rami, además de Eugènia González, directora del espectáculo y profesora de los tres jóvenes. Los cuatro forman la Cía. de la Rosa, con la que ya han presentado Commedia a mida y Commedia a la fresca. La marca de la casa, pues, es la Commedia dell’Arte, además de la creación de los espectáculos a partir de la improvisación, con la intención de ofrecer un teatro «lúdico, festivo y de calidad».
Hay pocas compañías que se dediquen a la Commedia dell’Arte, este género que encuentra su origen en los rituales carnavalescos y que desde sus orígenes se acostumbraba a representar no a partir de textos de autor, sino a partir de un argumento inspirado en la realidad cotidiana y números acrobáticos, de danza, música y canto, por lo que los intérpretes tenían una preparación muy física. La Seca-Espai Brossa, sin embargo, ha optado por potenciarla, no sólo programando espectáculos como este, sino también con las Festes de Commedia dell’Arte al Born, que ofrecen espectáculos en la calle durante el mes de junio, coincidiendo con las fiestas del Casco Antiguo de Barcelona.