Clara Segura protagoniza 'Conillet', un grito al reconocimiento social de la maternidad

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Marc Martínez dirige la adaptación de El conejito del tambor de Duracell de Marta Galán, Conillet. Un texto salvaje y poético que destripa los miedos, la rabia, y cansancio de una mujer trabajadora a punto de estallar. El Teatre Lliure hasta el 6 de diciembre.

EL DETONANTE: UNA CARTA DE LA ESCUELA

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Mujer de unos cuarenta años. Madre de un niño y una niña de 5 y 8 años. Trabajadora, amante, amiga. Siempre haciendo equilibrios con la vida, con esa sensación de no llegar a todo, de ahogarse para ir salvando todos y cada uno de los platillos con los que hace equilibrios. Y un día llega una carta de la escuela: «su hijo no progresa adecuadamente». Bomba. Clara Segura afronta su primer monólogo con un texto ácido e incómodo que «viaja del estómago en la cabeza», de la indignación de una madre a una voz femenina colectiva. «Una obra que no es drama, ni comedia ni tragedia, pero puede ser todo», explica la actriz. «Es una conversación con el espectador donde la protagonista va desgranando por capas diferentes cuestiones de su vida cotidiana, de las mujeres, hasta cagarse en todo».

UNA OBRA PER A HOMES

TEATRE_BARCELONA-conillet-REVISTAMarc Martínez descubrió Marta Galán hace 15 años, el Festival de Sitges. Le atrapó su fuerza, su discurso sin mordaza. Poco después ella le proponía protagonizar El conejito del tambor de Duracell y ensayaban durante unas semanas, pero finalmente quedaba aparcado por otros trabajos. El proyecto, sin embargo, ya la había secuestrado y Martínez tuvo claro que debía llevar al escenario. También la protagonista: Clara Segura. «Desde que hicimos Ets aquí? en el Teatre Borràs, tuve claro que algún día quería dirigirla, lo que hace el escenario es impresionante».

Preguntado por el marido de la protagonista, a Martínez se le escapa una sonrisa: «No puedo decir nada. La obra intenta responder a esta pregunta». Y asegura que, de hecho, él tiene claro que son los hombres quienes tienen que ir a ver esta obra.

 

MATERNIDADES SUBVERSIVAS

TEATRE_BARCELONA-conillet-REVISTA_3Este es el primer texto que Galán no dirige ella misma. Y llega ahora que, después de 15 años de dedicación, se ha apartado de la creación y la dirección de actores. «Estoy impresionada de cómo han respetado el texto. Mucho más que yo». Su obra es un híbrido entre poesía, pensamiento y emoción. Es una autora que puede hacer vomitar a la protagonista un texto lleno de rabia descarnada y, a la vez, al salir del teatro, darnos cuenta de que tenemos ante los morros una reflexión discursiva y sociológica que bebe de pensadores como Silvia Federici, que desde los años 70 reivindica la remuneración de las tareas domésticas. «Es un engaño que el trabajo asalariado sea la clave para liberar las mujeres, ha hecho que nos vemos inmersas en un doble engranaje de producción: laboral y de crianza» explica Galán. «Hasta que la sociedad no reconozca el trabajo de cuidados, sea en niños o gente mayor, no habrá una verdadera transformación». Y es que, para la autora, una de las cuestiones esenciales es la de dar un valor social a la crianza, que sea reconocida a nivel socioeconómico y tener la posibilidad de vivir la maternidad desde otra perspectiva, como las Maternidades subversivas que ha recogido María Llopis en un libro.

Texto: Mercè Rubià / Fotos: David Ruano

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