Chevi Muraday hace bailar a Aitana Sánchez-Gijón en ‘Juana’

Redacció

La mujer a lo largo de la historia se mueve en Juana usando el cuerpo de Aitana Sánchez Gijón, arropada por un elenco de cuatro actores que bailan o bailarines que narran.

La Papisa Juana, Juana de Arco, Juana la Loca, Sor Juana Inés de la Cruz, Juana Doña, y tú, ella, esa otra mujer que gritó una injusticia, aquella que pataléo para poder firmar con su nombre, esa que arañó sus derechos, la que plantó la semilla de una lucha, o la que salió a la calle a pelear por lo que es suyo.

En Juana hay cinco vidas con nombre propio, pero una lista infinita de mujeres que se cuelan a través de la danza y la palabra para pedir SER, sin más obligación que la de vivir.

Juana, el último trabajo de Losdedae, la compañía de Chevi Muraday, se presenta sobre el escenario en rojo y negro. De rojo, Aitana Sánchez Gijón. Ella, las venas de la historia de las mujeres que quisieron correr con lobos. De negro, ellos: Chevi Muraday (que dirige y coreografía el espectáculo), Carlos Beluga, Maximiliano Sanford y Alberto Velasco. Eso lobos que someten y acompañan, tienden puentes y los destruyen, aman y matan.

“Chevi, hazme bailar”, pidió Aitana. Y Juana es el sueño hecho realidad. Sobre el escenario, el cuerpo es vehículo, poesía y palabra. La danza es voz: expresa y provoca.

En Juana el elenco gruñe, gime, arranca, arrastra, abraza, aprieta, libera. Entre ellos y a las emociones del espectador, que debe sentarse en su butaca libre de lógica, que aquí poco puede hacer más que cerrar los ojos y dejar a las emociones vivir con libertad el espectáculo.

Este trabajo de Losdedae tiene un equipo creativo detrás imponente, que se reunió en la presentación para dejar claro que cada elemento sobre escena, es un actor más. Juan Carlos Rubio se encarga de la dramaturgia creada desde textos propios, de Marina Seresesky y Clarice Lispector, pero también de Shakespeare o el Nuevo Testamento.

Vestuario (Sonia Capilla), música (Mariano Marín), escenografía (Curt Allen), iluminación (Nicolás Fischtel)… Todo el conjunto de piezas, colores, sonidos, pieles o movimientos, son una herramienta más al servicio de la historia de las Juanas que han impulsado la realidad de las mujeres, primero desde la soledad, después creando una conciencia colectiva.

“El viaje es largo, es doloroso, pero es vivido”. Y en Juana, vamos a repasar esa travesía.

Iduna Ruiz / @IdunaRuSol

Fotos José Antonio Alba

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