El Caso Pujol sube al escenario con la música de Núria Feliu y el humor de Marc Rosich

Redacció

Mercè Arànega protagoniza A tots els que heu vingut, una tragicomedia llena de ironía, «esperpento» y música de Núria Feliu que lleva al escenario de la Sala Petita del Teatre Nacional la reacción de una mujer conservadora y convergente ante la confesión del expresidente Pujol.

Magda Casals de Clarà es una mujer de bien, del Ensanche de toda la vida. Una viuda reciente de un vendedor de la Enciclopedia Catalana que ha pasado toda su vida dedicada a la familia.Convergente orgullosa, hacen de la Núria Feliu, arquetipo de la tía catalana. El 29 de julio de 2014 su mundo se derrumba. Pujol reconoce públicamente que tiene cuentas no declarados en el extranjero. Su carta, a modo de confesión, la deja, como medio país, consternada y huérfano «del padre de la patria». Como todo el país, ella también pasa aquel verano antes de la celebración del Tricentenario esperando respuestas. De una manera, sin embargo, muy diferente. Y es que decide invitar aquel sin techo que hasta el momento le insultaba siempre que pasaba por la calle, un anarquista que vive voluntariamente al margen de la sociedad, a vivir en su casa para que le enseñe a ella a renegar.

Cuando Xavier Albertí, director del TNC, encargó un texto a Marc Rosich, tuvo claro que quería escribir una pieza «que no rehuye hablar de nuestra realidad reciente» y que, con el humor como herramienta principal, haz de «espejo deformado de nuestras vicisitudes como país». «Magda Casals es un perfil reconocible para todos, el de una de las tantas y tantas abuelas conservadoras convergentes que han sido víctimas colaterales de uno de los capítulos más impactantes de nuestra historia reciente en ver cómo se les derrumba el pilar simbólico sobre el que habían sustentado sus vidas «.

«A tots els que heu vingut no es una sátira política, sino una tragicomedia con trasfondo histórico que muestra la caída de nuestras fidelidades. Refleja nuestra necesidad de identificación política y familiar, y qué pasa cuando todo esto se deshace», dice Albertí.

UNA PANORÁMICA DEL PAÍS

«Del Caso Pujol me impresionaba lo que se vivía en las casas», dice Rosich, que imaginó Mercè Arànega como protagonista desde el primer momento. Es por eso que ha hecho un retrato familiar,un retablo que quiere hacer una panorámica de lo que ha vivido el país a través de los diferentes personajes: la hermana de Magda, Lourdes, también convergente; Jana, una nieta perdida, símbolo de una generación joven «que ve pasar por delante la historia sin darse cuenta, a remolque de su Iphone»; las hijas, Clara y Sandra, con opciones políticas diferentes; y el sin techo, «el contrapunto» a todos los personajes femeninos.

La primera parte, dice el director, muestra el cataclismo que vive Magda, mientras que la segunda es una «particular batalla de reinas con visiones contrapuestas». Mercè Arànega explica que su personaje, Magda, «primera está desatinada, pero luego se va hacia los extremos, hacia un gamberrismo que afecta mucho a las hijas», hasta el punto de no querer hablar y sólo tener relación con el sin techo y la nieta. «Se atreve a decir todo lo que no había dicho nunca y te acabas preguntando hasta qué punto no debería haber sido así desde hace 40 años, y no sólo ahora».

La obra, que no quiere pecar de un exceso de realismo, acentúa mediante el espacio escénico y el vestuario el tono irónico del montaje. «Hemos optado por la violencia visual de trazo grueso porque es un espejo deformado, una tragicomedia con componentes de melodrama y esperpento», defiende Rosich. «Hemos querido hacer una especie de Mujeres al borde del ataque de nervioscatalana».

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