Un bosque sin árboles para esconderse

Mercè Rubià

La Virgueria convierte la Sala Beckett en un bosque para presentarnos Arbres, un thriller poético sobre la identidad, el azar y la mentira. Hablamos con su autor, Marc Artigau, el director, Aleix Fauró y la actriz Isis Martín.

TEATRE_BARCELONA_Arbres_REVISTA_1«Voldria ser allà amb tu quan et desvetllis / serà molt dur acceptar que al bosc que duus a dins / no hi ha fulles perennes ni arbre on amagar-se» (Mireia Calafell)

«Arbres tiene algo de thriller y algo poética, es como un thriller poético. Si tuviéramos que intentar resumir el argumento sin desvelar nada, podríamos decir que es un hombre que sufre un accidente en el bosque y se queda ciego. A partir de ahí decide poner un anuncio para contratar una chica para que siga otra, pero no quiere que le cuente sólo como va vestida o qué hace, sino que vaya un poco más allá, si está contenta, si es feliz, el que intuye…», explica Marc Artigau. ¿Por qué en el bosque? «La obra tiene algo de rompecáscaras que rehaciendo toda la historia. La historia comienza y termina el bosque. Además, el bosque tiene algo parecido al alma, es un silogismo que nos funciona porque es un espacio misterioso, pero también precioso, donde uno se puede perder y contemplar paisajes de gran belleza. Esta contradicción nos interesaba por los personajes«.

Un rompecabezas? «Si tú coges el texto ves que está lleno de pequeñas informaciones que se van repitiendo, que están totalmente ligadas desde el principio hasta el final. Hay muchas cosas que pasan al principio que no entiendes y que sólo al final puedes acabar haciendo tel link. Dices, ah, de acuerdo ahora veo por donde iba Me habéis mantenido dentro de la expectativa y ahora veo que aquella frase tan bonita, pero que me había quedado colgada explica aquí al final, cuando faltan dos minutos para que nos vamos«, explica el director, Aleix Fauró.

UN CUENTO FANTÁSTICO PARA HABLAR DE LA REALIDAD TEATRE_BARCELONA-arbres-REVISTA_2

«Los personajes se llaman Llorenç, Alba y Lluna, hay un juego, es un cuento». Fauró los describe así: «En rasgos muy generales hablaríamos que el Llorenç es un hombre invisible, que además se queda ciego a partir de un accidente; que Alba es una chica que encuentra un trabajo extraño y que la desarrolla con toda su pasión y que uno de los motivos por los que dice que sí es porque le atrae el misterio, lo que está oculto; y tenemos la Lluna, que es un personaje mudo, mucho más misterioso, que habla con lenguaje de signos y que vive desde el bosque hacia fuera. El bosque entendido como un lugar mágico donde hay sombras, hay muchos rincones ocultos, que no por ello son ni buenos ni malos, sino que simplemente están en un lugar más oscuro».

«Es muy poética e imaginativa», pero al mismo tiempo, «a pesar de que los personajes están explicados a modo de cuento, podríamos ser cualquiera de nosotros. Las situaciones en las que se encuentran, las estrategias que utilizan para comunicarse, somos nosotros», deja claro Isis Martín. Es más, «en el primer monólogo hay un personaje que asegura que es invisible, por lo tanto es un hombre invisible. De aquí podemos extraer que tiene una visión fantástica, pero también podemos entender que la ciudad está llena de personas invisibles que pasan por nuestro lado y no miramos», añade Artigau. TEATRE_BARCELONA-arbres-REVISTA_3

LA SOLEDAD DE NUESTRA SOCIEDAD

De La Virgueria se suele decir que se caracteriza por ir a contracorriente y por su mensaje social. ¿Qué queda pues de este teatro? «Acostumbramos a escribir los textos con Isis a partir de inquietudes, por eso a menudo se confunde con teatro social cuando en realidad es teatro que proviene de una inquietud, de investigar en torno a este tema, ya partir de aquí crear un texto y que es el punto de partida para empezar a trabajar con los actores. En este caso con Marc nos conocimos por otras circunstancias. Nos habló de un texto embrionario total, nos gustó mucho y se puso a desarrollarlo. Es un texto que tiene una poesía fantástica y maravillosa. La manera que tiene de escribir Marc nos fascina y aquí es donde está el vínculo con La Virgueria, porque para nosotros es importantísima la palabra. Es decir, el texto teatral como género literario a partir del cual trabajar en escena, pero siempre respetando esta poesía y esta textualidad». Y no sólo con palabras, sino también con imágenes, añade Isis, «porque en el texto de Marc hay todo un imaginario, una poesía sugerida que a nosotros nos enamoró».

Sin embargo, sí es cierto que «cuando habla del hombre invisible, parte de la soledad a la que nos aboca sociedad en la que vivimos, el anonimato de la ciudad, de este hombre con corbata del que hay cien mil iguales y que cuando pasan por la calle puedes pensar que trabajan todos en la misma oficina… Esto nos atrae mucho y el texto lo explica elevado a la poesía. Para nosotros esta combinación es perfecto», añade el director.

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GENEROSIDAD DE POÉTICAS

Queda claro que se han enamorado del texto de Marc, pero ya él, ¿que le ha aportado la visión de La Virgueria? ¿Qué tiene de sus otros textos? «Veo que hay algunos unos temas que me obsesionan. Uno es la soledad y el deseo, que a veces va muy ligado, así como la identidad. No la identidad como pueblo, sino la identidad individual: ¿qué es lo que me hace ser yo, qué es lo que hace que tú seas sólo tú. El olor, el caminar, la ropa… y con ello veo que hay algunos puentes que se comunican en los diferentes textos», reflexiona. «Para mí es un lujo que una compañía confíe en un texto mío y más en un momento en que las compañías, al igual que hace 5 o 10 años hacen hacer los dramaturgos, están tomando la llama. Me siento muy afortunado porque el texto entrará en el imaginario y la poética de una compañía y eso te desvela cosas del texto que ni tú mismo habías visto, aunque pueda parecer un poco tópico, finalmente es así. El teatro debe tener algo de generosidad. El actor debe ser generoso con su compañero y aquí hablamos de generosidad de poéticas. Ellos tienen la generosidad de coger un texto mío y darle una visión, un trabajo de cuerpo al que quizá yo no habría podido llegar. Además con los textos propios estás tanto dentro que -jugando con el título- los árboles no te dejaban ver el bosque«, dice Artigau, que está convencido que esta será «la primera de muchas colaboraciones«.

Una generosidad que también ha venido desde fuera. Durante el proceso de ensayos y creación del espectáculo, artistas de diferentes disciplinas como la poeta Mireia Calafell y el ilustrador Marc Torrecillas (que incluimos en este artículo), Maria Beitia o Ramon Poch, han plasmado de diferentes maneras las sus impresiones sobre el espectáculo. Podéis ver el resultado en la Pagina de la companyia.

Texto y foto: Mercè Rubià / Vídeo: Albert Ibáñez / Ilustraciones: Marc Torrecillas CARAM / Poema: Mireia Calafell

Escrito por

Periodista. Teatrera. Enamorándome de la danza y del circo. Advertencia: Si la mayoría de mis recomendaciones tienen muchos aplausos no es por falta de criterio (que quizá también), si no porque prefiero hablar de las obras que me gustan. Muy lejos de querer hacer (o ser) crítica.

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