El Teatre Lliure estrena Ifigènia, la primera tragedia que dirige Alícia Gorina, a partir de los textos originales de Eurípides. Con Pere Arquillué y Emma Vilarasau al frente del reparto, el montaje hace una mirada personal, crítica y feminista sobre la perpetuación de las cadenas de violencia, la utilización de los Dioses que hacemos los humanos y los tópicos de la virgen sacrificada.
El espectáculo consta de dos partes, que corresponden a las dos obras de Eurípides que ha adaptado Albert Arribas. La primera es una reescritura en verso muy cercana a la obra Ifigenia en Áulida, con una puesta en escena canónica de tragedia griega, que termina con el sacrificio de Ifigenia. En este punto entran en juego la oscuridad, la violencia y el caos y dan paso a una segunda parte que es una adaptación libre, onírica y simbólica de Ifigenia entre los tauros.
Gorina llevaba tiempo ganando hacer una tragedia griega para hacer una obra sobre el origen de nuestra cultura teatral. «Para mí, la tragedia es por encima de todo esencial, ritual y vital», explica. Descubrió la figura de Ifigenia a través de la obra ER de Josep M. Benet i Jornet, y la cautivaron las posibles interpretaciones de los motivos del personaje para cambiar de opinión y pasar de querer vivir a aceptar un sacrificio impuesto.
Para la directora era necesario que, en su propuesta escénica, Ifigenia rompiera con la lógica del sacrificio y de la violencia. Lo hace en dos ocasiones: cuando asume su sacrificio desde la dignidad y la ética personal y cuando se niega a matar a su hermano. De esta forma, plantea un final alternativo a una historia que se representa desde hace 2.500 años.
En escena, acompañante Arquillué y Vilarasau en medio de un bosque inmenso convertido en ceniza, está Marta Ossó, Albert Pérez, Pau Vinyals y un corazón de voces femeninas formado por Cèlia Castellano, Daniel Fumadó, Júlia Genís, Laura Roig y Neus Soler, que representa todas las chicas que han sido sacrificadas por las estructuras patriarcales a lo largo de la historia. «Son tabúes de nuestra sociedad que vienen a molestarnos ya invitarnos a remirar la historia con sentido crítico», explica Gorina.
Cuando el corazón habla, lo hace con una sola voz. Cuando canta, interpreta a seis voces la música original que Arnau Vallvé ha compuesto para el espectáculo. «Son voces femeninas, sólo tienes la tesitura de la parte de arriba y es un sonido muy peculiar», explica.
Ifigènia será el último espectáculo de la temporada que podrá verse en la Sala Fabià Puigserver de Montjuïc, del 24 de abril al 2 de junio.
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