El tema central de Minuit es la fragilidad. En la función cada elemento es enclenque y finito. Sillas, micrófonos y también cuerpos. Con una estructura formada por escenas independientes, Jean-Baptiste André, Yurié Tsugawa y el propio creador del espectáculo Yoann Bourgeois utilizan diferentes instrumentos con los que juegan y crean imágenes evocadoras.
En un momento, Tsugawa simula ser una muñeca inmóvil, y André la manipula hasta darle vida. La acróbata intenta correr, escapar, saltar e incluso llegar a volar… Hasta que el cordón al que está atada la hace volver a tocar tierra. Más adelante, Tsugawa y Burgeois ofrecen una coreografía sentados frente a frente alrededor de una mesa. Se apoyan, se mueven el uno al otro y dejan caer sus cuerpos a un ritmo rápido y compenetrado. Entre unos y otros, el número recurrente de elementos que se desmontan, se caen y luego se recomponen de las formas más inesperadas.
Pero sin duda el gran acierto de la propuesta es…
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