Reímos, con un poso amargo

Vernissatge

Vernissatge
01/10/2018

«Vernissage» en Maldà, donde recientemente reíamos mucho con «Las mujeres sabias», que ridiculizaba los entendidos que opinan de todo. Ahora vemos y también reímos, con un poso amargo, sobre aquellos snobs que no sólo pontifican, sino que hacen de apóstoles, si es necesario por la fuerza, para que otros se conviertan a su punto de vista, gusto, estilo … Los que si no reciben la aprobación (likes?) de su entorno, el invitado en este caso, no disfrutan de lo que hacen / tienen.

El texto funciona muy bien, todos conocemos y sufrimos los personajes que aquí se caricaturizan. Aún así, hubiera agradecido contextualizar el texto. ¿Por qué son amigos, «mejores amigos», una persona normal con ese par de imbéciles? Por qué aguanta el Bernat la lástima que parece inspirar a los triunfadores? Havel escribió la obra, censurada, los ’70, donde mostraba que la dictadura comunista no era igualitaria, que los del partido vivían muy bien y el resto tenía que suplicar no caer en desgracia. No sé, se podría haber hecho que fuera un fin que invitara un empleado, por ejemplo, para entender que alguien aguante la exhibición grosera de la felicidad, el gusto, el dinero, la pareja (vaya, algo como el FB para muchos, escaparate de una felicidad que si no se muestra, lo es menos). Y vemos como cada vez son más grotescos en su exhibicionismo, mientras el pobre Bernat, nosotros, no puede rebelde • lar y ponerlos en marcha mientras un reloj marca el paso, cada vez más lento, mientras -gran recurso- en compañía de estos vampiros.

La obra, y las interpretaciones, provocan sonrisas y risas nerviosas de la ridiculez y tensión que ves en aquellas conversaciones, eternas, que se repiten, de réplicas que no salen pero están a punto de estallar en un gran Alberto Díaz, contenido en su rabia e impotencia creciente.

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