El hecho de que, cada vez más, encontremos en la cartelera musicales de creación propia de gran y pequeño formato con una amplia variedad de temas, desde los más épicos hasta los más friquis (como en este caso), es un síntoma de la buena salud del género en el teatro catalán. El problema con Tots som Anna Allen no es tanto por lo que es sino por lo que podría haber sido y desaprovecha. El controvertido caso de la actriz que se inventó una carrera en Hollywood daba pie a hacer una sátira mordaz sobre el despiadado mundo de la farándula en los tiempos de las redes sociales. En cambio, Pau Olivé y Joan Olivé, autor y director de la obra respectivamente, han optado para ofrecer un entretenimiento amable que sirve de tierno homenaje a una figura de la que, en realidad, no sabemos nada. El espectáculo es divertido y tiene ideas fantásticas como todo lo que respecta a la adaptación musical de Persona de Ingmar Bergman. Sin embargo, abusa de ciertos estereotipos y su tono paródico se agota en sí mismo cuando los gags o los chistes no resultan lo bastante acertados. Musicalmente, contiene números carismáticos y alguno de emotivo como la canción final de la misma Allen. En realidad, por su entrega a la diversión es fácil que guste al público más generalista a pesar de que muchos echarán de menos mala leche y una capacidad de crítica sociocultural más ácida y lúcida.
¡Enlace copiado!