Esta obra de Alex Oates se estrenó en Londres ya hace unos cinco años, y desde el mismo momento del estreno se vio que estaba creada para provocar reacciones contrarias. La elección de representar con un títere a un niño con trastorno del espectro autista (TEA) ya era toda una declaración de intenciones, pero también lo era el hecho de presentar a unos padres que ya no pueden asumir emocionalmente y físicamente el cuidado de su hijo. En la obra se plantea crudamente la noche antes de internar al niño en un centro especializado. Las conversaciones entre padre y madre, que no pasan precisamente por un buen momento, así como los diálogos con el cuidador, acaparan la mayor parte de la pieza. Conversaciones amargas, llenas de reproches, dudas y miedos.
Montse Rodríguez –Ricard de 3r, A.K.A., Uppgivenhet, Res de tu, Llegat– vuelve a ponerse delante de una pieza donde los niños o los jóvenes están en el centro de la trama. Quizás no es uno de sus trabajos más finos, pero no se pueden negar un estilo y una manera de hacer que se notan principalmente en el trabajo de los actores (Carla Torres Danés, Joan Sureda y Pau Rosell). Las situaciones de tensión, y especialmente las explosiones que de vez en cuando se dan, quizás necesitarían algo más de control y de matices. Pero, sea como sea, la pieza es bastante potente por sí misma como para provocar conversaciones muy interesantes a la salida. Todos hemos pensado qué haríamos en situaciones límite, y si se trata de decidir sobre un hijo la cosa se vuelve más delicada y comprometida… Id, y sacad vuestras propias conclusiones.