El Liceu ha estrenado Tosca, que vuelve al Gran Teatro después de 10 años.
Nos han hecho esperar demasiado! El público salió emocionado, satisfecho, animado, fue una noche redonda.
Tosca es una de las óperas de referencia en el repertorio mundial. Una obra pasional, donde el amor, el odio, la venganza, el honor y el patriotismo – todos tan románticos! – Se mezclan acompañados de una música inmortal.
La nueva producción que estrena Paco Azorín para el Liceo es muy estética, llena de oscuridades y de colores rojos, crea imágenes extremadamente potentes como el final del primer acto cuando el Te Deum de Scarpia , acompañado por el coro del Liceu y el Coro Infantil Amigos de la Unión de Granollers, cierra de forma brillante – y bajo palio – un primer acto magnífico.
Un primer acto en el que el juego de celos y enamoramiento de los protagonistas, la cantante Floria Tosca y el pintor Mario Cavaradossi, se entrelaza con las persecuciones políticas de una Roma que está a punto de cambiar de manos después de la victoria de Napoleón y en la que el protagonista ayuda a esconderse en Angelotti, ex cónsul de la República Romana.
Estos hechos se encuentran con la ambición y lascivia de Scarpia, el jefe de policía de Roma, que manipula los celos de Tosca para que le revele el escondite de su amante, donde espera encontrar, no sólo al fugitivo Angelotti, sino también la excusa perfecta para conseguir los favores de la cantante.
En el segundo acto, Azorín nos presenta el contraste del lujo de Tosca con la deseperación de la tortura de los prisioneros, y del protagonista, dejando que el odio, el dolor y la lascivia de Scarpia llenen el resto de la escena.
Una escena dominada inicialmente por la tortura de Cavaradossi, que cesa cuando Tosca confiesa el escondite de Angelotti. Scarpia en ese momento gana no sólo la vida de sus contrincantes sino también la posibilidad de extorsionar a Tosca para que le preste sus favores a cambio de la vida de su amante. Tosca cede al inicio, pero finalmente el odio la domina y termina matando Scarpia, enfatizando el final – licencia de Azorín – con un beso de desprecio en los labios de un Scarpia ya muerto.
El tercer acto es dominado por la luna, suntuosa y dominadora de la escena y que nos anuncia el final, un final adornado por la preciosa aria «E lucean le stelle » y por el suicidio de Tosca, inevitable después de la muerte de su amante y que Azorín nos propone en una caída de espaldas de la protagonista, muy efectista e impactante.
La escenografía se completa con dos cuadros, al inicio del primer y del segundo acto -fuera de la trama original – y que pasan en las calles de Roma. Interesante visión que nos permite ver una obra con más perspectiva, y que nos traslada a una película de aventuras.
Sondra Radvanovsky, en el papel de Tosca tiene una actuación más que brillante. Con una voz que recuerda a las de hace muchos años, con un vibrato constante muy poco habitual y que le confiere una textura dramática muy característica. Sin duda un lujo para el público, que pudo disfrutar de una cantante del nivel de la Radvanovsky que aporta, además, una capacidad artística inmejorable a lo largo de toda su actuación.
Jorge de León, sustituto del indispuesto Riccardo Massi, interpreta de manera excelente a Mario Cavaradossi . Después de un inicio inseguro durante el aria » recóndita Armonía » , mantiene un altísimo nivel que culmina con un fantástico adiós a la vida. Destaca por sus agudos seguros y un caudal de voz muy potente que, a menudo, se le descontrola en el momento de atacar las frases.
Ambrogio Maestri, grandísimo Scarpia, en voz, en dramatización y en presencia. Llena el escenario con toda su impresionante calidad y realmente se hace odiar y se hace admirar a la vez. Espero que vuelva a menudo al Liceu, es un absoluto placer verlo en escena.
El resto de cantantes, coro y orquesta estuvieron a un gran nivel.
Sin duda, te guste o no la ópera, conozcas más o menos el bel canto, sientas más o menos atracción por Puccini, sin duda es una magnífica elección para pasar una noche inolvidable.
No te la pierdas!