Tómbola empieza con una novia a la fuga, como en aquella película americana de Julia Roberts y Richard Gere. Nos coloca en una comedia, más o menos agradable, en la que la protagonista nos habla de sus relaciones, de sus listas de pros y contras a la hora de buscar a la persona ideal, y en la que se hace un análisis de aquellas parejas famosas que se rompieron a pocos pasos del altar. Hasta aquí, pues, una comedia inofensiva que de vez en cuando se ve salpicada con alguna cancioncita de Marisol, la niña prodigio española que años más tarde escogería el anonimato para desaparecer en Málaga, su ciudad natal. Y sí, la protagonista quiere escapar también a Málaga en autobús… Casualidad? No, más bien una declaración de principios que entenderemos más adelante.
El problema es que Tómbola se está demasiado rato divagando y dando vueltas sobre la anécdota sin entrar en el tema del que realmente quiere hablar. O los temas, porque de repente aparecerán los abusos a menores, la violencia machista, Marisol como víctima del sistema, etc. Muchos temas interesantes que aparecen todos de golpe, amontonados, sin encontrar su rincón para desarrollarse y sin una coherencia dramatúrgica que los sustente. Creo que la intención es muy buena pero el resultado deja un poco la sensación de mezcla sin sentido.
Delante de todo, sin embargo, tenemos a la actriz y cantante Laura Dorca que defiende su personaje de principio a fin, cantando en ocasiones unas buenas y curiosas versiones de temas ya clásicos: Tómbola, Me conformo, Estando contigo o Corazón contento. A su lado, dando el contrapunto y acompañándola en toda la parte más cómica, el efectivo Mateu Bauçà.