Shakespeare condensado

La tendresa

La tendresa
26/02/2019

Los mashup son canciones creadas a partir de la mezcla de otras que ya han funcionado; aportan un toque nuevo a la esencia de los originales y la creatividad radica en cómo combinarlas. Las más conocidas están orientadas a las pistas de baile (Can not Get Blue Monday Out of My Head a partir de New Order y Kylie Minogue) pero hay de todo (Folstom prison gansgtaz une a Johnny Cash con el rap de Eazy-E), hasta tratamiento clásico de piano (Scott Bradlee). Esto es La Tendresa, se mezclan las comedias de Shakespeare, y voilà, una obra nueva, similar pero diferente, que podría ser un mejunje. Y no lo es, conserva lo mejor de los originales: el lenguaje es cuidado, rico, con cadencia, los toma y daca dialécticos son afilados y se respira la esencia de los referentes.

La pega es que, para mí, cuatro siglos después, las tramas de las comedias shakespearianas tienen poca gracia, son repetitivas y previsibles: hombres y mujeres disfrazados haciéndose pasar por el género opuesto, declaraciones de amor dichas a la persona equivocada gracias a disfraces, hermanos gemelos o pociones… y, a mí, me cansa.

Aquí, à la Afanys d’amor perduts tres hombres se han recluido en una isla para huir de las mujeres y tres mujeres llegan para alejarse de los hombres. A los 5 minutos ya sabes cómo acabará todo, así que la siguiente hora y media debe sostenerse por las interpretaciones y el ingenio al tratar cómo se impone el amor. Y cuesta. Creo, lo admito, que las comedias de Shakespeare han envejecido mal y sólo funcionan con registros como los de Parking Shakespeare. Se agradece que por momentos aquí se apueste por ese ritmo enloquecido y se exagere la farsa, aunque para ello se recurra a chistes de trazo grueso.

Y a todo esto, pues funciona mejor que las últimas adaptaciones de los originales. Parte del mérito está en un reparto más que solvente, donde destaca, como siempre, Laura Aubert, entregadísima a la farsa, (esperaba lo mismo de Elisabet Casanova, magnífica en Kassandra o aquel aburrimiento de la Sra. Florentina donde brillaba sobremanera) y la complicidad de Marta Pérez y Jordi Rico.

Lo mejor: consigue a la perfección lo que busca: una comedia ligera 100% que hace reír a la mayoría del público.

Lo menos mejor: Es lo que es: comedia de enredos, pelín ramplona, ​​vodevilesca y demasiado simple.

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