Visto con perspectiva, resulta cada vez más difícil ir a ver un nuevo espectáculo de T de Teatre con una idea predeterminada de lo que nos encontraremos. Más allá del carisma y la vis cómica de sus actrices, lo que podemos decir, a estas alturas, es que tienen muy buen gusto a la hora de escoger quién les haga los montajes a medida. Después de haberse puesto en manos de Sergi Belbel, David Plana, Javier Daulte, Alfredo Sanzol, Pau Miró o Julio Manrique (entre otros), ahora le ha tocado el turno a Denise Despeyroux, la primera mujer que dirige a la popular compañía. Los que recordamos algunos de los montajes de esta directora y dramaturga uruguaya como La vida no lo es todo (2008) o La muerte es lo de menos (2009), podemos decir, si no nos falla la memoria, que su personalidad como creadora ha encajado perfectamente con la compañía catalana. Cançó per tornar a casa es un ejercicio curioso, simpático, diferente, donde la comedia, el drama, el misterio y algún elemento mágico se combinan para dar forma a una especie de cuento en clave femenina. Pasado el desconcierto inicial, el engranaje narrativo transita con audacia los mecanismos del vodevil en su inspirado tramo central para, finalmente, hacer un repentino giro trágico que, quizás, llega con demasiada brusquedad. El conjunto, a pesar de esto, tiene un magnetismo difícil de describir que atrapa al espectador casi sin que éste se dé cuenta. Entretenida, genuina y sin complejos, la pieza es un viaje, sin duda, interesante que demuestra que, llegados a este punto, estas cuatro actrices ya no tienen miedo de nada.
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