Cuando Ramon Llull escribió el Llibre del gentil e dels tres savis, allá por el 1274, consiguió uno de los libros más singulares de la edad mediana. En esta obra reunía un experto cristiano, uno de musulmán y uno de judío, y los metía en una disputa teológica que finalmente acababa con más aspectos comunes que divergencias. Helena Tornero, la misma de No parlis amb estranys (No hables con extraños), se ha atrevido a actualizar esta historia a partir de tres científicos que viven aislados en una estación espacial internacional y que ven tambalear su mundo al incorporarse una nueva colaboradora. Evidentemente, la obra sigue el mismo camino que la pieza de Llull y reflexiona sobre Dios, sobre su existencia, sobre la convivencia de las religiones… Y lo hace en catalán, en castellano y en portugués, con vídeos, con música actual, con imaginación… y sobre todo con mucha, muchísima ironía. Quizás este es el punto fuerte de un espectáculo que no acaba de encontrar el punto justo y que se dispersa en temas ya de por si enormes y de gran profundidad. Además, no sé si el público actual va al teatro para que lo hagan reflexionar, entre otras cosas, sobre el papel y la función de las religiones… Quizás sí, pero tengo mis dudas.
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