Un vendedor de periódicos cojo, una prostituta, una enfermera y un soldado, un revólver, un vagabundo medio filósofo y un teléfono que suena… El universo norteamericano en un sueño que ya está desmenuzado, sin apenas un ápice de esperanza. Un mosaico de hasta once personajes que se encuentran en un drugstore para no hacer nada más que pasar el tiempo, beber y refugiarse de un entorno hostil. Personajes que a pesar del estereotipo, en su tránsito por este universo que dibuja Oriol Tarrasón, acaban cogiendo colores y matices, sobre todo gracias a los silencios. Y quizás esta es la primera virtud de la obra, los silencios de los actores que, con alguna pequeña excepción, están todo el tiempo en escena. Todos, pero especialmente Pep Ambròs y Pol López, construyen unos perdedores entrañables que hablan con las miradas y pequeños gestos cuando intervienen e interactúan, pero sobre todo cuando no son el centro del diálogo.
Otro aspecto a destacar del espectáculo es que a pesar de la ambición y la dificultad en la construcción del texto (Tarrasón ha cogido frases de hasta 19 obras de Erskine Caldwell, Woody Guthrie, Arthur Miller, Eugenia O’Neill, Ben Reitman , William Saroyan, John Steinbeck y Tennesse Williams y ha hecho un patchwork), la puesta en escena no es nada pretenciosa. De hecho, el director ya avisa al inicio del espectáculo mediante una radio: «no espere grandes tramas, sino pasar el rato», porque lo que quiere es mostrarnos un estado de ánimo, el desencanto y sueños olvidados. Y eso es lo que hacemos, pasar el rato con una sonrisa los labios, a pesar de todo, a pesar del paralelismo de América post crack del 29 y la actualidad. Ayudan los toques de humor, pero también la relación entre los personajes. Lejos de presentarnos unos protagonistas que ante las dificultades se enfrentan entre ellos y se destruyen, Tarrasón envía la hostilidad en el exterior. Aquí se cuidan y se dan la estabilidad necesaria para salir adelante.
Quizás una de lascontrapartidas es que hay algún personaje que no está tan bien definido como los demás, tiene menos matices interpretativos y cuesta más de empatizar con ellos. Una dificultad, sin embargo, que esperamos que en los próximos días (el comentario está hecho después de ver la primera previa), quede solucionada. Y otra, por qué no decirlo, de que alguno de estos jóvenes actores con tanto talento y tanta fuerza está quedando un poco encasillado… Directores, directoras, dadles algún papel diferente por favor, tenemos ganas de verlos en un otro registro!
