A falta de suficientes recursos para competir, en general, con los musicales del West End o de Broadway, por razones presupuestarias, los pequeños homenajes de carácter íntimo y cercano que aparecen, de vez en cuando, en nuestra cartelera resultan verdaderamente agradables. El actor, músico y cantante Joan Vázquez, en este caso, ha sentido la necesidad de hacer su modesto tributo a Stephen Sondheim, compositor de obras tan reconocidas como Into the Woods, SweeneyTodd, Follies o Sunday in the Park, entre otras muchas, consiguiendo un show realmente cálido y emotivo. Sólo con un precioso piano tocado por él mismo y un micrófono, el intérprete consigue llenar de sensaciones toda la sala de la mano de algunas de las canciones más míticas de este autor. Sin elementos teatrales más allá de algunas pinceladas aparentemente autobiográficas de las introducciones, el espectáculo es un fantástico paseo por el romanticismo, la nostalgia y el poder de la música. Ya se sabe que, para según qué paladares, Sondheim puede resultar un poco denso comparado con otros compositores como Lloyd Webber o Bob Fosse. De hecho, la dificultad de sus canciones hace que Vázquez, por acumulación, acuse un cierto cansancio hacia el final del montaje. Sin embargo, la propuesta no deja de ser una delicia hecha con un gusto exquisito que se disfruta con facilidad, enamora y emociona.
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