Ha sido una sorpresa, una agradable sorpresa. Yo seguramente no hubiera asistido a este proyecto de micro-óperas pero hubiese sido una gran descortesía no aprovechar este regalo que nos ofrece el Gran Teatre del Liceu en tiempos de pandemia.
Un amigo mío siempre me decía que no nos podríamos acabar el barroco refiriéndose a la innecesaria entrada en el mundo de la música moderna. Yo, que no hubiera pasado del siglo XVIII en lo que a ópera se refiere, estoy investigando otros caminos poniendo todos los sentidos en entender una música difícil para mí. Sin dedicarle demasiadas expectativas, he puesto en ésta mucha curiosidad y el resultado ha sido fantástico.
Se trata de un proyecto de Òpera de butxaca i Nova Creació (OBNC) con un encargo a seis libretistas y compositores/as diferentes. Los y las libretistas han sido: Cristina Cordero, Oriol Pla, Marc Rosich, Victòria Szpunberg y Helena Tornero. Los compositores/ras: Agustí Charles, Mario G. Cortizo, Raquel Garcia Tomás, Joan Magrané, Lucas Peire y Francesc Prat.
Como reza el título: “Sis solos soles” son seis historias íntimas y emotivas interpretadas por seis mujeres y un solo instrumento: violín (Marc Charles, Judit Bardolet), violonchelo (Àlex Rodríguez Flaqué), arpa (José Antonio Domené), percusión (Mario G. Cortizo) o ninguno como es el caso de Lídia Vinyes-Curtis que canta a cappella. Son relatos presentes, pasados o atemporales cantados en tiempo real. Son píldoras músico-teatrales con una gran fuerza dramática a pesar de su brevedad. Cada una de ellas se representa en un espacio distinto del Gran Teatro como el Foyer, el Salón de los Espejos, o una caja escénica.
Las seis intérpretes mujeres que han puesto la voz han sido: Elena Tarrats, Lídia Vinyes-Curtis, María Hinojosa, Elena Copons, Dolors Aldea y Marta Fiol.
No nos ha extrañado nada que fuera Marc Rosich el director de escena ya que tiene una larga experiencia como dramaturgo y escritor de textos originales tanto de teatro como de ópera. En estos Sis Solos Soles, él ha tenido la oportunidad de demostrar todas sus capacidades. Ha sido el autor de los libretos de dos de las piezas presentadas en este espectáculo. Ya había escrito el texto de la ópera de cámara “Diàlegs de Tirant e Carmensina”, con música de Joan Magrané, también compositor de una de las piezas.
A todos los espectadores aficionados a la ópera que se resisten a incorporar entre sus gustos la ópera contemporánea, les recomiendo encarecidamente que le den a ésta una oportunidad. No se arrepentirán.