Más historias así de mujeres en los escenarios, por favor.

Safo

Safo
19/07/2022

SAFO se puede describir en pocas palabras: fuerza, sororidad y poética.

La propuesta es de esas que te envuelven desde el minuto cero: nada más entrar al teatro te da la bienvenida una majestuosa escenografía, que es un presagio de lo que vas a ver: Un marco en el que se van desarrollando escenas como cuadros pictóricos, como canciones en un concierto, como capítulos de una vida, como los versos de un poema de Safo.

Lo que ocurre encima de ese escenario es brutal. El equipo crea una propuesta muy plástica, a la que acompaña la música, las canciones y la danza, y que recrea, reinventa, da vida a ese personaje histórico del que poco se ha escrito y mucho se ha inventado. Ellas, las creadoras de la propuesta Marta Pazos, Maria Folguera y Christina Rosenvinge, inspiradas en los poemas de la autora, nos dan otra perspectiva de la gran poetisa: una mujer fuerte, pasional y vital, que posiblemente no se suicidó y menos lo hizo por un amor no correspondido de un hombre. Todo ello con toques de humor, ironía y provocación.

Mención especial merece el equipo de artistas que forman el elenco: encabezadas por Christina Rosenvinge, su equipo de musas son más bien diosas en el escenario, que hacen de esta pieza una obra coral maravillosa. Irene Novoa, Juliane Heinemann, Lucía Bocanegra, Lucía Rey, María Pizarro, Natalia Huarte y Xerach Peñate, con una energía, pasión y naturalidad asombrosa, se entregan totalmente en cuerpo y alma y nos demuestran ser artistas multidisciplinares con sus grandes voces, los movimientos de sus cuerpos y su destreza instrumental.

SAFO te agita, te emociona, te incomoda y te lleva fuera de la hora y media que dura el espectáculo a pensar qué papel le hemos dado hasta ahora a las mujeres relevantes de la historia, qué poco hemos conservado sobre ellas y cuánto queda por investigar. Encima de un escenario queda mucho por hacer, más historias de estas mujeres en el teatro, por favor. Gracias Marta Pazos, Maria Folguera y Christina Rosenvinge por este proyecto. Gracias Safo por tu legado.

 

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