Un Lorca para dos actrices

Rosita

Rosita
21/02/2021

Reducir Doña Rosita la soltera, que tiene 19 personajes, a un texto para dos actrices es realmente encomiable. En esta versión las auténticas protagonistas son la tía y la criada, a pesar de que también hay lugar para alguna intervención de las tres solteras, aquí reconvertidas en títeres, y para un monólogo final de Rosita. Lo más interesante es que el argumento se puede seguir perfectamente y la acción avanza del mismo modo que en el original, aunque desde el punto de vista de las mujeres que ven sufrir a la soltera protagonista.

Pep Vila ha conseguido una muy buena adaptación, pero también ha sabido dirigir con mano firme un texto cargado de poesía y sensibilidad. Aparte de saber utilizar un buen número de recursos muy efectivos, empieza y acaba el espectáculo con una propuesta estética y formal que parece homenajear el estilo de la compañía andaluza La Zaranda. Una manera muy contundente de presentar la historia y de ligarla con el universo personal y artístico de Lorca.

Pero esta Rosita no sería gran cosa si no fuera por las dos actrices que lo defienden. Carme Bosch destila sensibilidad y emoción, sobre todo en el brillante monólogo del final, mientras que Carmina Tortajada es todo lo que pueden ser las maravillosas criadas de Lorca, como esta o la Poncia de La casa de Bernarna Alba. Su interpretación está llena de fuerza, humor, humanidad y el espíritu popular que recorrió de arriba abajo toda la obra del poeta granadino.

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