Esta es una obra que narra como el alzheimer entra en la vida de una pareja ya retirada. Pero no es simplemente una historia sobre esta enfermedad y su impacto en la memoria, sino que se construye alrededor del amor y de la ternura. Sin palabras, en un total silencio sólo roto por la música, las emociones de esta familia llegan directamente a la platea gracias a un trabajo gestual meticuloso y bien planteado. Y es que se trata de esto, de emociones.
Es una historia lamentablemente cotidiana y que Kulunka Teatro trata con realismo y mucha sensibilidad, sin que esto les impida introducir un sano sentido del humor. El trabajo de los actores es realmente bueno y las máscaras muy bien logradas. Quien más quien menos ha vivido algún caso de cerca, por eso muchas escenas resultan tristemente familiares. Creo que no fui el único al que se le escapó alguna lágrima.