Res de tu es una obra que nos habla de un amor obsesivo, de una salida del armario, de un escritor que no escribe y de un conjunto de personajes que secundan al protagonista y a la vez lo construyen. También hay que señalar que el texto de Iván F. Mula está explicado en primera persona, haciendo más patente su estilo literario, que no se esconde en ningún momento sino que más bien se potencia. Esta primera persona, además, se desdobla y nos permite ver diferentes planos del personaje: lo que dice, lo que siente, lo que piensa, lo que se calla… Todo un ejercicio de virtuosismo para los actores y también para la directora Montse Rodríguez Clusella (Scratch, Uppgivenhet, A.K.A., Ricard de 3er), experta al llevar a escena el mundo adolescente y juvenil.
La obra se divide en tres escenas, o en tres espacios temporales. En todos ellos, Oscar –un personaje casi ausente- lo impregna todo y sobrevuela la obra entera con su sombra alargada y funesta. El resto de personajes tendrá que aprender a sobrevivir sin Oscar y sin el poder que ellos mismos le han otorgado. Y para ligarlo o recoserlo todo, el relato que el protagonista intenta escribir y la canción que se evoca en varios momentos. No es otra que Nada de nada, un título imprescindible de los setenta que escribió Cecilia y que posteriormente han reversionado Amaral o El canto del loco.
El montaje que podemos ver ahora en Àtic22 se presenta en un escenario casi desnudo –quizás podría revisarse para futuras temporadas- y se basa especialmente en unas interpretaciones cuidadosas y precisas, llenas de movimiento y gestos que nos transportan a un plano imaginario. Roger Vilà, que ya habíamos visto a La cabra, La mort i la primavera o Vespres de la beata verge, defiende al protagonista con gran solvencia y profesionalidad. La gran sorpresa -por desconocida- es la actriz Mireia Sala, que aprovecha todos los detalles de su personaje con una vitalidad y un desparpajo sorprendentes.
Un montaje que no hay que perderse, tanto por su relato del amor obsesivo como por la oportunidad de disfrutar con unas interpretaciones de primera. Un montaje que habla de muchas cosas, algunas quizás aparentemente banales, pero que en el fondo hace un relato muy particular de la soledad y la desesperanza. Tal como dice el protagonista: “la soledad en medio de una multitud de hombres”.