Fresco monumental sobre la opresión

Purga

Purga
12/04/2015

Vaya por delante mi reconocimiento a Ramon Simó por la dirección de esta obra enorme, dura y posiblemente más necesaria de lo que parece. Se trata de un texto teatral de Sofi Oksanen que posteriormente fue adaptado a novela y que ahora nos llega en una versión que seguramente ha bebido de todos lados. La obra abarca un periodo histórico de 45 años, desde 1947 a 1992, en el que confluyeron en Estonia las purgas estalinistas, la opresión del régimen soviético y la proclamación de la independencia. Un periodo en el que la protagonista, una mujer que se entregó al poder comunista para intentar salvar al hombre que amaba, pasa por un calvario difícil de soportar. Carme Elias y Maria Molins interpretan a esta mujer en dos edades diferentes, y es precisamente en los diálogos imaginarios que tienen entre ellas donde se producen las escenas más interesantes del montaje… Es cierto que la obra acaba resultando demasiado larga, pero es que detrás tenemos un argumento denso y rico en hechos dramáticos, algunos incluso excesivamente violentos. La dirección artística, el uso de las proyecciones y la interesante iluminación del siempre efectivo Quico Gutiérrez nos aportan una de aquellas producciones impecables a las que nos tiene acostumbrados el TNC. Quizás en algunos momentos, sobre todo en el tramo final, la obra acusa un cierto cansancio y se estanca en unos monólogos poéticos del todo innecesarios para la trama. Un tipo de final al estilo de Wajdi Mouawad que no le acaba de sentar del todo bien. Especialmente recomendable para aquellos a los que les gusten las obras-río, donde se explican una serie de hechos -generalmente dramáticos- en medio de un largo periodo histórico, con abundancia de saltos en el tiempo, cambios de escenario y confluencia de distintas tramas.

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