La crisis es un poderoso motor dramático para cualquier historia. Por eso, sobre la crisis de los cuarenta ya se han escrito un buen puñado de obras a lo largo del tiempo y, desgraciadamente, también a estas alturas, muchas que hablen, además, de la crisis económica. Personas en crisis en momentos de crisis. Seguramente, es de lo que toca escribir ahora y lo que el público quiere (o necesita) ver. En clave de comedia, Petits monstres trata sobre los miedos, las contradicciones y la insatisfacción existencial de Ana, una artista conceptual que vive con sus padres y no se siente muy comprendida por la gente que la rodea. El personaje, interpretado por una carismática Vanessa Segura, está diseñado con mucho cuidado y originalidad, hasta el punto de que, más allá de su visión del mundo y su idiosincrasia, el argumento de la obra importa poco. Así, a pesar de ser divertida y, por momentos, muy personal, plantea conflictos que no acaban de funcionar más que de manera superficial e, incluso, poco creíble… que, además, acaban resolviéndose por ellos mismos. Por este motivo, lo más interesante, en conjunto, son los parlamentos donde la protagonista expresa, con gran sentido del humor, sus inquietudes más profundas. Desgraciadamente, este mundo interior suyo tan trabajado por la autora y directora, Marilia Samper, no se traslada a ninguna trama externa a la altura de las circunstancias a pesar de que el espectáculo tiene un buen ritmo y consigue hacer pasar un buen rato.
¡Enlace copiado!