Vayamos primero por el argumento, si bien en realidad, sea lo de menos: Per un sí o per un no parte del reencuentro de dos amigas, interpretadas por Isabelle Bres y Maria Pau Pigem, en el que una le cuestiona a la otra por los motivos de su distanciamiento.
A partir de allí, empieza la batalla y las palabras son tomadas como munición y como balas hirientes. Aunque, a decir verdad, el protagonista de la obra no son las palabras sino más bien aquello que no se dice: las entonaciones, las miradas de reojo, los silencios y los hilos de la manipulación y de la condescendencia. Todo aquello que inclina la balanza hacia el sí o hacia el no, lo que hace romper una amistad o proseguirla. Sin duda Nathalie Sarraute, autora de la obra, es una gran conocedora de la psicología humana; los matices y su capacidad por nombrar las sutilezas de las relaciones están claramente plasmadas en el texto.
Sin embargo, algo frena el proceso simbiótico entre el espectador y espectáculo. Quizá la cierta incomodidad visual, aunque inteligentemente provocada, que surge de la disposición escenográfica. Quizá porque el texto quiera apuntar tanto a la quintaesencia que nos empuja sin preámbulos a densidades filosóficas. Quizá el recuerdo de adaptaciones previas, protagonizadas por hombres, cortocircuita esta buena respresentación femenina. Aunque, sospesando los síes y los noes, mi recomendación es sí.