Pepa Plana es una payasa entrañable, precisa, con una mirada vivíssima y un aspecto inocente y soñador. En Paradís Pintat se convierte en un angelito que sólo desea poder volar para lograr su sueño: ser un ángel de la guarda que pueda salvar a todo el mundo. Pero el mundo es un mundo menos perfecto y más hostil que el confortable Reino de los Cielos.
Con Paradís Pintat, Pepa Plana ha conseguido crear un espectáculo divertido, que te hace pasar un buen rato. A lo largo de poco más de una hora verás algunos gags antológicos que te reír sin parar… aunque no todo es inocencia detrás de ésa nariz roja. La artista ha cargado la obra con un trasfondo durísimo, la crisis de las migraciones, y hace un tratamiento cómico sensible y respetuoso. También se gasta una buena dosis de mala baba para criticar la hipocresía de unos seres celestiales que ven las desgracias ajenas y prefieren mirar hacia otro lado. Con la amenaza constante del látigo castigador del Señor, la payasa también vivirá momentos poéticos y emocionantes al enfrentarse ella misma a las miserias de la vida.
Un espectáculo del todo recomendable!