En este espectáculo, premiado con dos galardones en la última Mostra de Teatre de Barcelona (mejor actor y premio del público), el flamenco se convierte en una excusa… y un homenaje. Un pretexto para hablar de la muerte, de las relaciones de los hijos con sus padres y también de todos aquellos personajes anónimos que pasan a menudo por nuestras vidas sin recibir mucha atención. La propuesta resulta convincente a momentos, sobre todo cuando el baile es protagonista, pero se pierde en diálogos poco relevantes y en divagaciones diversas. Aún así, la fuerza del flamenco consigue arrancar emociones en la escena inicial y en muchas otras, ya sea mezclando el humor, el drama o la performance. Los actores Pau Gregori y Raquel Sanz, así como la bailarina Sandra Sasera, defienden con rigor el espectáculo escrito y dirigido por Guadalupe Sáez, que ha aportado muchas historias y recuerdos personales a la empresa. Recomendable para todos aquellos a los que les gusta explorar nuevos caminos y también, porque no, para aquellos que aman el flamenco por encima de todas las cosas…
¡Enlace copiado!