Parece que los coros están de moda. Quizás a raíz del éxito del programa Oh Happy Day de TV3 o puede que por otras cuestiones que vienen de más lejos pero el caso es que Allegro no es el primer espectáculo de estas características que se presenta a nuestra cartelera. De hecho, este mismo grupo, Cor de Teatre, ya había estrenado anteriormente una obra de gran éxito titulada Operetta. Esta vez, bajo la dirección de Paco Mir, la compañía propone un simpático montaje de sketches musicales, donde la lírica se mezcla con la cotidianidad, la parodia y el teatro gestual. Mir vuelve a demostrar su maestría en el diseño de gags visuales y la efectividad del mimo y las onomatopeyas (acompañadas, aquí, de canciones) aplicadas al humor. En conjunto, recuerda mucho, como es inevitable, al estilo de Tricicle y, aún así, consigue innovar y andar por lugares originales, frescos y espontáneos. Además, la técnica vocal de todos los cantantes es espléndida, a pesar de que, interpretativamente, no todos muestran la misma habilidad. El único inconveniente de este divertimento musical tan entretenido es, en realidad, su inocencia. Seguramente, es lo que se busca: un producto para toda la familia. Sin embargo, se echa de menos un poco de mala leche, atrevimiento temático y, en definitiva, incorrección.
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