Cuando la policía descubre la niña que había desaparecido tres semanas atrás, la encuentra encerrada en un sótano en compañía de su perro y su abuela muerta, en estado de descomposición. El psicólogo que intenta averiguar lo que ha pasado y lo que le pasa por la cabeza a la niña no lo consigue, yo tampoco. Wajdi Mouawad nunca escribe mariconadas y esta obra, a pesar de ser una especie de cuento, tampoco lo es. Aún así yo la he encontrado un poco larga y oscura, pero la dirección y las interpretaciones han sido impecables. La sala Leopoldo Fregoli de La Seca hasta la bandera.
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