Tres óperas de ahora mismo

Òh!pera

Òh!pera
14/07/2024 - Gran Teatre del Liceu

Esta ya es la tercera edición del proyecto Òh!pera, en la que el Gran Teatre del Liceu da cabida a tres pequeñas óperas de cámara totalmente inéditas. Y es que los artífices son todos jóvenes promesas, cada uno dentro de su campo. El proyecto colabora con cuatro escuelas de diseño de Barcelona, el Instituto del Teatro, el Conservatori del Liceu y otras entidades o instituciones relacionadas con todo lo que un espectáculo como la ópera puede llegar a necesitar. A parte, Òh!pera también permite conocer espacios del Liceu que normalmente no están abiertos para el gran público.

La primera de las piezas presentadas es Contradir la nit, una escapada hacia la Barcelona subterránea y más canalla. Una obra que reivindica una ciudad que ya no existe y que defiende el coraje de los jóvenes para revelarse y para intentar mantener espacios y libertades que cada vez se ven más amenazados. Quizás es la que tiene un argumento más generalista o abstracto porque es la que quiere hablar más abiertamente de un tema y no de una historia concreta. Tiene un aire naif y un poco ingenuo que le va a favor a ratos, pero que en otros acaba dando la sensación de que todo podría haber tomado mucho más vuelo. La música de Montserrat Lladó es interesante y da cierto protagonismo a la percusión, y en cuanto a los intérpretes destacó especialmente el contratenor Álvaro Basco en un papel vocalmente muy exigente.

En Azul como una naranja tenemos quizás la idea contraria. Aquí la historia toma un gran protagonismo –un astronauta de la antigua Unión Soviética queda atrapado a la estación espacial MIR cuando la URSS se deshace-, al igual que una escenografía más grandilocuente y una composición compleja y llena de leit-motivs que la van sustentando y le dan coherencia de conjunto. Destaca el trabajo del barítono Pau Camero, que casi aguanta la obra sobre sus espaldas desde el principio y hasta el final. Un trabajo meritorio que recogió las ovaciones del público.

En la última pieza, Eliza, tenemos quizás la historia más compleja de las tres, tanto a nivel argumental (una mujer descubre que su pareja es una inteligencia artificial) como musical. Una pieza casi redonda que parte de un texto de Pau Miró y que nos atrapa tanto por lo que pasa en escena como por las notas que nos llegan. Una música inquietante y vigorosa de Ferran Cruixent, a ratos pretendidamente descompuesta, que da sentido a todo. Un trabajo muy bien resuelto –también a nivel escenográfico- que se corona con una gran interpretación de la soprano Paula Sánchez-Valverde.

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