Presentar la adaptación teatral de una novela de Alessandro Baricco ya supone un reto bastante arriesgado como para valorar positivamente el trabajo de Ivan Padilla y su particular Océano. La obra es un compendio de personajes emocionalmente extravagantes que habitan a una fonda al lado del mar y alejada del mundo. Como el océano mismo, inmenso, inabarcable, temible y bello, es el universo personal de todas estas personas más o menos atormentadas que se ahogan en sus miedos, misterios e insatisfacciones. El buen trabajo de todos los actores y las actrices salvan el espectáculo, consiguiendo realmente conmover el espectador en momentos puntuales de gran intensidad interpretativa. El otro punto fuerte de Océano es la música en directo del pianista Cielos Campos que otorga la atmósfera perfecta para un viaje tan oníricamente dramático. Desgraciadamente, la puesta en escena de Campillo no saca todo el partido que un teatro con dos gradas de público opuestas como el Versus requiere e, incluso, contiene alguna escena de simbolismo corporal verdaderamente pobres, comparados con el nivel del resto de la obra. Aún así, aunque la narración es, en general, demasiado pesada, la duración total es muy acertada y deja en el recuerdo varios pasajes que son poesía pura.
¡Enlace copiado!