Grito hacia el futuro

No es país para negras

No es país para negras
06/05/2019

No es país para negras es una obra que trata sobre todos los problemas que rodean a las personas negras en países como España, en los que, aparentemente, no sufren discriminación por su color de piel. Una obra autobiográfica, en la que la propia Silvia Albert Sopale nos hace un rápido recorrido por su vida mostrando la dificultad que puede suponer ser negra en un país que es para blancos.

Se trata de una representación en la que la apelación al público es clara, constante y efectiva. Silvia Albert, una española negra, cuenta su vida y todos aquellos problemas que ha tenido en la sociedad a lo largo de su vida. El público, habitualmente español y blanco, reconoce ese tipo de situaciones y comentarios racistas de los que habla Silvia. La identificación del público, por tanto, es inmediata. Desde la comedia, Silvia representa un seguido de escenas biográficas en las que, ser negra, ha supuesto un problema, un tema de conversación, o una extrañeza digna de risa o comentario.

Acompañada de un juego de luces y vestuario, Silvia se basta para encarnar a multitud de personajes y de hablar desde su infancia, su juventud, el presente… Escénicamente simple, pero efectiva, No es país para negras, supone una miscelánea que demuestra que el racismo no solamente está en el pasado esclavista, sino que en las situaciones más cotidianas puede verse como, desde una realidad en la que no hay visibilidad para el colectivo negro, una persona negra sufre un racismo directo.

Silvia Albert actúa con desparpajo, fluidez y rápidamente consigue ganarse la complicidad y la risa del público. Desde ese momento, inicia su viaje en el que denunciará, desde la comicidad de la anécdota, el racismo presente en la cotidianidad española. Iniciado con meras anécdotas, e incluso canciones populares, su discurso irá tomando un tono reivindicativo en el que acabará habiendo lugar para reflexiones del mismo Malcolm X y en el que la propia actriz contará cómo se siente un negro español al viajar al país de su madre y aprender de sus raíces familiares.

Lo que inicia siendo un relato cómico acaba siendo una reflexión acerca de la tensión identitaria que supone ser negra en España, un país que no es para negras. El público, blanco, escucha ese clamor a la deconstrucción social española para que, ciudadanas como Silvia, reciban la visibilidad que se merecen. Así, la obra acaba siendo un llamamiento a la visibilidad del colectivo negro español, que, aún a día de hoy, sigue estando en una posición de subalternidad. Obras como la que presenta la Sala Fénix denuncian que España no es país para negras, con el objetivo de que pueda, en un futuro, serlo.

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