Juegos peligrosos

No apostis pels anglesos

No apostis pels anglesos
23/01/2016

Una historia sencilla sobre la necesidad de sentirse vivo a través del juego y la adrenalina es lo que nos propone el director Dusan Tomic con esta obra basada en el texto de un dramaturgo serbio. Curiosamente, tanto la historia como los personajes nos resultan muy cercanos, muy de aquí y esto ayuda a conectar con ellos, con sus preocupaciones y su comportamiento. La propuesta, gracias también a su corta duración, es simpática y ligera y, a pesar de que tiene altibajos de ritmo e interés dramático, consigue entretener. Sus tres actores se apoyan sobre su carisma y su naturalidad para sostener una pieza a la que, en realidad, le falta profundidad, intención y acierto. Sus conflictos escondidos son previsibles y se muestran desdibujados, de forma que no tocan la fibra del espectador e, incluso, pueden parecer poco verosímiles. El problema principal, no obstante, es que no se percibe la presión a la cual los protagonistas están sometidos. Los nervios y la urgencia no están del todo presentes y, finalmente, un montaje que tendría que resultar trepidante transcurre por las tramas con una tranquilidad extraña. A pesar de esto, funciona mínimamente como para hacer pasar al público un rato agradable.

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