Un hijo mentiroso, endeudado hasta las cejas y manipulado por una mujer avariciosa. Otro que, de tan buena persona que es, ha renunciado a vivir su vida para cuidar de la madre y, después de 15 años, empieza a estar harto. Una madre postrada en la cama pero siempre omnipresente, con mala leche y que, por única amiga, tiene a una testigo de Jehová que la visita una vez por semana. Y una herencia de 200.000€ y un piso de aquellos antiguos, con techos altos y baldosa hidráulica modernista, a repartir entre los dos cuando la madre pase a mejor vida. La solución a todos los males parece sencilla ¿O no?
Una comedia histriónica y amena, con un diálogo que a veces roza la irreverencia (porque se supone que todos amamos a la madre ¿no?). Un ritmo acelerado que invita el espectador a participar de la acción que se desarrolla encima del escenario. Y dos actores que se lo hacen todo suyo. Cuando un dúo funciona, lo hace en cualquier entorno. Y el formado por Paco Tous y Pepón Nieto es de lo más divertido! Si los actores han cautivado al público televisivo con Los hombres de Paco, en el Teatro Condal no se quedan cortos. Sin micrófonos, a pleno pulmón y en plena sintonía, dibujan con maestría la más común y a la vez loca de las discusiones entre hermanos.