En esta obra nada es lo que parece, empezando por el género, por el título y por la promoción que se ha hecho. ¿Se habla de sexo? Sí, pero no de la manera festiva en que uno puede hablar de sexo en una comedia. Y por último ¿estamos ante una comedia? Sí, pero no en el sentido estricto de la palabra. Una obra que empieza hablando de desahucios y con los gritos de fondo de una manifestación anticrisis puede llegar a producir risas, sobre todo si el autor se esfuerza, pero seguramente serán risas de aquellas que se te quedan heladas en el rostro…
El punto de partida de Microporno por dinero -dos actores de obras infantiles son desahuciados y deciden refugiarse en casa del hermano conservador de uno de ellos- es muy interesante y podría dar pie a situaciones muy variadas. Las que propone Pablo Álvarez son bastante entretenidas, hasta que el argumento se envuelve con una subtrama familiar un tanto complicada. Sea como sea, todo se endereza al final con una solución argumental que, en mi opinión, debería haber aparecido mucho antes. Los cuatro actores se ajustan muy bien a las diferentes partes y demuestran el bagaje de una obra que ya estuvo en la cartelera madrileña y que también ha pasado por algunos pueblos de Cataluña. Recomendable, sobre todo, para todos aquellos que siempre esperamos algo más de una comedia.