Está basada en la novela que el Abad Prevost escribió en 1731, “Les aventures du Chevalier des Grieux et de Manon Lescaut” quizá inspirada en sus propias aventuras y que el Parlamento de París hizo quemar.
Manon fue una de las primeras óperas de Julio Massenet. Se estrenó en la Opéra Comique de París en 1884. No fue hasta 1893 que Puccini no estrenó su Manon Lescaut después de defender que la de Massenet era una “Manon de Peluca empolvada” y la suya sería una “Manon de carne y hueso”. Lo cierto es que ambas se van alternando en todos los teatros de ópera consiguiendo tanto una como otra, un éxito merecido.
La última representación en el Liceu de la Manon de Massenet fue en 2007. Natalie Dessay y Rolando Villaçon emocionaron al público barcelonés.
Este año 2023, el Liceu dedica las funciones de Manon a la memoria de Victoria de los Ángeles, una de las voces más queridas del Liceu en el centenario de su nacimiento. Ella cantó Manon durante 4 temporadas.
En la Francia del siglo XVIII abundaban los prostíbulos y la vida cortesana. En la ópera tenemos ejemplos como la Traviata de Verdi, la Rondine de Puccini, o Thaïs del propio Massenet basada en una novela de Anatole France y que nos cuenta la historia de una cortesana alejandrina. A Manon también le gustaba el éxito y vivir con lujo y comodidades.
Manon es joven, atractiva y mientras su primo la acompaña hacia un convento conoce por el camino el amor y también la pobreza. El aria “Adieu notre petite table” cantada con gran sentimiento por la soprano norteamericana Nadine Sierra nos da a conocer en el primer acto la gran capacidad lírica de esta soprano ligera que acompañada por el tenor lírico Michael Fabiano (De Grieux) también estadounidense, son una pareja perfecta para esta ópera. Han trabajado juntos y se nota entre ellos una gran complicidad que llega al máximo en el aria del quinto acto con el dúo final “Tu pleures”.
En esta coproducción entre la ópera de Ginebra y la ópera cómica de París, el dramaturgo Olivier Py ha optado por un ambiente urbano y un hotel de varios pisos donde suceden las diferentes escenas. En esta Manon no hay grandes palacios ni salones llenos de riquezas. La presentación es ligera gracias a los elementos que movidos por más de 20 maquinistas sobre 8 carras transmiten una visión muy original. El conjunto es muy luminoso salvo en los momentos más tristes y dramáticos de la ópera. El hotel se convierte en una cárcel oscura donde Manon termina su vida.
El Coro del Gran Teatro del Liceu dirigido por Pablo Assante y la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceu dirigidos en esta ocasión por el maestro francés Marc Minkowski han logrado que, una vez más, esta pieza de Massenet llegue al corazón del público. Quedan todavía 8 funciones. No os la perdáis.