Una idea original, una buena producción detrás, un buen bagaje profesional, un cómico competente… En principio, M3 lo tiene todo… pero lo cierto es que no acaba de funcionar. No sabemos si es por una cierta infantilización del humor, por un desajuste en el tiempo de los gags o por una carencia de credibilidad en aquello que está contando. Parece como si el protagonista no se lo acabara de creer, y en consecuencia… el público tampoco.
Otra de las pegas del espectáculo, en mi opinión, es el lugar donde se ejecuta. Posiblemente un teatro a la italiana no sea el lugar más adecuado por un montaje de este tipo. Ahora bien, todo lo que no funciona en la caja negra, seguramente sí funcionará en un espacio no convencional y en un marco más adecuado: una feria de teatro, un festival, un fin de fiesta, etc. En estos casos quizás puede acontecer un gran momento, pero en el Tantarantana sólo acaba resultando un espectáculo corto (40 minutos) y de difícil sintonía con los espectadores. Una lástima… Lo tenía todo!