La amistad y otras pasiones

L'última trobada

L’última trobada
28/10/2014

Es muy difícil hacer una adaptación teatral de una novela; especialmente, cuando la historia se centra más en las reflexiones del narrador que en su interacción con los otros personajes. Basada en un libro de Sándor Hampton, uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX,L’última trobada (El último encuentro) habla de la amistad y de la traición; de la obsesión, la sed de venganza y, sobre todo, de la búsqueda de la verdad. Un tema, sin duda muy interesante, del que no se ha logrado extraer, desgraciadamente, una puesta en escena natural. Por el punto de partida (el reencuentro de dos amigos después de 41 años sin haberse visto), la obra prometía una feroz lucha dialéctica e intelectual donde la contraposición de argumentos, sentimientos y reproches estarían al mismo nivel del misterioso ambiente que generan los primero minutos. Sin embargo, el espectáculo se convierte en todo lo contrario: un soliloquio filosófico que el protagonista comparte con su viejo compañero, lleno de intensidad y frases contundentes, pero con poco espacio para una réplica a la altura. Eso sí, Abel Folk aprovecha toda la densidad de sus textos para hacer disfrutar al público de su capacidad interpretativa, probablemente lo mejor de la propuesta. Desafortunadamente, Folk no ha sido tan acertado como director. Las incursiones metateatral que ha ideado «para sacarle trascendencia» a la pieza, según sus propias palabras, parece que no acaban de encajar en un texto tan clásico, ni aportan nada que no sea alejarlo innecesariamente de su esencia . En cualquier caso, da gusto ver estos tres grandes artistas en escena, aunque el papel de Jordi Brau acaba resultando, paradójicamente, anecdótico, y el de Rosa Novell no deja de ser una pequeña colaboración (por otra parte, muy emocionante ya que acaba de regresar a los escenarios tras una larga enfermedad que le ha hecho perder la vista).

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