En los últimos años nos hemos acostumbrado a ver en salas de pequeño formato comedias costumbristas que normalmente no encontrábamos por estos circuitos. Unas comedias, sin embargo, que no se ahorran la crítica social, que están realmente comprometidas y que dejan muchas veces un regusto amargo. Títulos como Ovelles, Instruccions per enterrar a un pare o la que nos ocupa ahora mismo son un buen ejemplo de lo que acabamos de decir. Todas ellas tienen en común el objetivo de entretener y hacernos reír, pero también el de retratar unos personajes próximos, fácilmente identificables y teatralmente muy agradecidos.
Lo nuestro retrata una familia del extrarradio de Barcelona que está a punto de celebrar la cena de fin de año. Poco a poco descubriremos unos personajes que hacen cosas normales, que ponen la mesa, que se preparan las uvas y que hablan de cómo les van las cosas en el trabajo, en la universidad o en el teatro (la hija mayor es actriz, además de camarera). Pero no es difícil encontrar detrás de sus palabras temas que ya no nos hacen tanta gracia: el racismo, el clasismo, las injusticias laborales, etc. Eu Manzanares utiliza muy bien las herramientas de la comedia y así que puede va tirando pequeñas bombas que cambian la trama y hacen avanzar la acción. Quizás el final se precipita un poco y opta por un camino que escapa a la verosimilitud… o a las reglas del teatro costumbrista. Pero ya está bien que sea así, porque Lo nuestro quiere ir siempre un paso más allá, como en el divertido karaoke de Camela o en las interpelaciones directas al público.
Los cuatro actores protagonistas -la misma Eu Manzanares interpreta el papel de la hija- nos regalan momentos gloriosos y nos hacen llegar la buena química teatral que existe entre ellos. Paul Berrondo nos demuestra su veteranía y no desaprovecha un gag, al igual que Eli Iranzo, una actriz que me ha parecido graciosísima y que aporta humanidad a un personaje que en otras manos podría haber sido caricaturesco. Finalmente, Manzanares y el efectivo Pau Poch -visto a Merlí y en otras series televisivas- no se quedan atrás en ningún momento y tienen momentos estelares, como el ya mencionado de la canción.