Idealizar qué podría haber sido. Repasar los detalles, las decisiones que cambiaron el rumbo de la vida. ¿Ser feliz? ¿Conformarse? Afirmaciones muy contundentes y al mismo tiempo muy vagas, ¿Qué quieren decir exactamente? Con 30 años la vida no se mira igual que a los 60. ¿Reproches? Algunos.
Ella ha sido feliz de verdad tres veces en su vida. Él ha tenido miedo real en tres ocasiones a lo largo de la vida. Dos personas muy alejadas en su inicio quedan atrapadas fortuitamente en un ascensor y empiezan a hablar y a hacerse preguntas surrealistas. Sin darse cuenta, se explican cosas que quizás nadie sabe ni sabrá. Hablan de anhelos y de sueños, pero también de aquello que no les gusta o que los hace sentirse tristes. Salen del ascensor, intercambian los números de teléfono… y el resto, es su historia.
Divertida y auténtica, esta obra habla de la vida y del amor en todas sus vertientes. De los deseos y expectativas del futuro, y también de la eterna pregunta: ¿qué habría pasado si…?
El texto de Marc Artigau es un viaje precioso por la vida de estos personajes. De manera sencilla y cautivadora hace entrar a la espectadora en la burbuja de los personajes. Sonríe, se alegra y se entristece un poco. Es un relato que todo y la capa de amabilidad que tienen sus palabras, estas mismas van sentenciando realidades punzantes y contundentes que van dejando un poso en el público. No es una comedia para pasar un buen rato, es una narración de la vida cuidados y verosímil.
Para este relato tan difícil y simple al mismo tiempo, que atrapa al público desde el primer momento, no se podía tener mejores compañeros que Maria Rodríguez y Miki Esparbé. Como dos amigos que se encuentran para comer y recuerdan anécdotas y no se dejan pasar ni una, su complicidad desborda a los personajes. Interpelando e interactuando con el público, crean una conexión con todos los presentes y se convierten en parte activa del relato. Es increíble como Esparbé consigue transformarse en sus personajes totalmente, sin esfuerzo (o eso parece). Es como si al entrar en el escenario ya no existiera quién está fuera, solo la persona que está a punto de explicar su historia. Es una magia que deja azorada a la espectadora.
Esta producción es un espacio de ternura y felicidad al cual se quiere volver desde el mismo momento que se ha salido del teatro.