La voz de los muertos

Spoon River

Spoon River
29/09/2014

Los espectáculos de piezas cortas tienen muchas ventajas, por ejemplo que, al no estar ligados a una historia, pueden permitirse más experimentos escénicos, resulta más fácil equilibrar el protagonismo de un gran grupo de actores y, además, se puede dedicar más atención a enriquecer el universo de la propuesta. La parte negativa de todo esto es que, sin progresión dramática, cuesta mucho más mantener el interés del espectador durante largo tiempo. Esto es más o menos lo que le pasa a Spoon River, el nuevo montaje dirigido por Marc Martínez. Basada en una antología de poemas del estadounidense Edgar Lee Masters, la obra es una compilación de pequeños episodios independientes que representan las diferentes reflexiones, angustias, frustraciones, buenos recuerdos y deseos del muertos de esta ciudad imaginaria. Martínez saca todo el partido a las posibilidades de un texto tan emotivo con originales efectos escenográficos y de iluminación, música en directo y un conjunto de intérpretes todoterreno que tanto encarnan un sexo como del contrario, cantan, bailan, hacen acentos, hacen reír, hacen llorar, hablan catalán, castellano, inglés o casi lo que sea necesario. Desgraciadamente, la duración total es claramente excesiva. Es muy complicado que un espectáculo tan fragmentado y con una estructura tan repetitiva aguante sin hacerse pesado durante los 120 minutos que dura. Si se recortara salvando sólo sus mejores momentos (que son muchos) dejaría una mejor sensación final. Y es una verdadera lástima porque contiene muy buenas ideas y unos actores que desbordan talento.

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