Los helados. Las guerras de agua. La voz de Ray Charles. Para vosotros, ¿estas son “cosas” que pondríais en vuestra lista de cosas excepcionales? Lo estarían, ¿o podríais otras? ¿Cómo de larga sería vuestra lista? Porqué cada uno tiene sus placeres, pequeños o grandes, con los cuales seríamos felices si los pudiéramos disfrutar, aunque fuera solo una vez más.
Estas tres propuestas, por ejemplo, son algunas de las que se pueden encontrar en la lista de Pau, el protagonista de esta historia. Una lista que comenzó a hacer a los 7 años, por una situación familiar difícil de digerir. Una manera de afrontar la vida. Una lista que fue creciendo y creciendo a lo largo de su vida. Sixto Paz nos propone un texto ameno, divertido, emotivo, a veces triste, que apuesta por la implicación del espectador en todo momento. Desde que entras en la sala y te sientas en la butaca, hasta el momento en que sales por la puerta y tienes que añadir tu “cosa excepcional”.
Pau Roca, es el maestro de ceremonia, el protagonista de esta historia y el nexo directo con cada espectador. Te hace emocionar, reír a carcajadas y también reflexionar. Porque al final, el texto nos invita a hacer eso, pensar en aqeullo que realmente queremos y necesitamos en nuestra vida. Y no lo hace en forma de libro de autoayuda o de terapia grupal, si no que nos lo va mostrando, poco a poco, a través de la historia del protagonista. De sus vivencias, sus sentimientos y, sobre todo, de sus miedos y dudas. Su interpretación no podría ser más real, más verosímil. Cada palabra es suya, cada reflexión en voz alta, cada pensamiento.
Texto e historia arriesgada, valiente y diferente, que animan al público a probar diferentes maneras de disfrutar y sentir un espectáculo. El espectador forma part de la historia, creando personajes, ayudando al intérprete a explicar su vida, introduciéndose y participando en la obra.
La puesta en escena es simple, de hecho, muchos de los objetos que se utilizan provienen del propio espectador, dando lugar a situaciones cómicas, divertidas y surrealistas a veces.
Si una cosa no se puede obviar de esta representación es la música elegida para hacer de banda sonora. ¡Pero que delicia! Ray Charles, Nina Simone, Frank Sinatra… increíble. Solo queda que la productora haga un favor a los espectadores y cuelguen esta maravilla de playlist en alguna plataforma para disfrutarla en casa, recordando los vinilos y su exquisitez.
Y es que las cosas excepcionales, al final, son aquellas pequeñas cosas que provocan un placer inmenso disfrutándolas en un momento determinado. Y esta obra es una de ellas.