Hay autores que requieren un especial cuidado para su puesta en escena. Harold Pinter es uno de ellos. Sus textos de ambiente con personajes complejos y tramas casi anecdóticas requieren actores excelentes y directores inteligentes. Por suerte, este L’encarregat que repone el Teatre Lliure tiene todos los ingredientes necesarios para crear un Pinter memorable. El trabajo de Carles Martínez, Albert Pérez i Jacob Torres bajo la batuta de Xicu Masó es literalmente magistral y nos regala un montaje lleno de matices, emociones y escenas para el recuerdo. Si, como yo, os la perdisteis el año pasado, no tenéis excusa para volver a cometer el mismo error. Y aún más después de sus dos nominaciones a los premios Butaca. No os arrepentiréis.
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